El creador de Bitcoin honrado con una estatua en la Bolsa de Nueva York

Hay días en que la ficción parece ser alcanzada por la realidad. Una estatua de Satoshi Nakamoto, el mítico creador del bitcoin, ahora preside Wall Street. Sí, allí donde antaño la mera idea de criptomoneda espantaba a los ejecutivos de traje y corbata. Este gesto, a la vez artístico y simbólico, marca un giro en la historia de las finanzas. Y plantea esta pregunta sencilla: ¿hasta dónde infiltrará el bitcoin los bastiones del poder económico?

El NYSE recibe a Nakamoto: símbolo fuerte para el futuro de la cripto

Durante mucho tiempo, la Bolsa de Nueva York fue el santuario de las instituciones, no de las revoluciones. Y, sin embargo, es justo a los pies del templo del capitalismo donde se ha erigido la sexta estatua de Satoshi Nakamoto. La obra es de Valentina Picozzi. Representa a un hacker anónimo, sentado en postura de loto, con una laptop sobre las piernas. Una postura meditativa, casi mística. Instalado por la empresa Twenty One Capital, la escultura encarna un puente entre dos mundos: el de los sistemas emergentes y el de las instituciones históricas.

En un mensaje publicado en X, el NYSE subraya el alcance de esta iniciativa al evocar « un terreno común entre sistemas emergentes e instituciones establecidas ». La elección del lugar no es casual. Coincide con el aniversario de la lista de correo de Bitcoin, lanzada el 10 de diciembre de 2008. Un guiño intencionado a los orígenes del proyecto, como si el bitcoin, después de haber sido marginal, finalmente encontrara su lugar en el centro neurálgico de las finanzas mundiales.

La reacción de Valentina Picozzi, retransmitida por su cuenta @satoshigallery, dice mucho sobre la emoción del momento: 

Es un logro increíble. Ni en nuestros sueños más locos hubiéramos imaginado poder instalar la estatua de Satoshi Nakamoto en ese lugar. La sexta estatua de Satoshi Nakamoto (de 21) ahora tiene su lugar en el NYSE.

21 estatuas, una leyenda: la gira mundial del creador del bitcoin

Esta instalación es solo una etapa en una serie artística mucho más amplia. ¿El objetivo de Valentina Picozzi? Colocar 21 estatuas de Nakamoto alrededor del mundo, como un eco directo a los 21 millones de bitcoins que algún día estarán en circulación. Cada obra se convierte así en una marca simbólica, una presencia fantasmal de Nakamoto en los cinco continentes.

Las estatuas anteriores se han instalado en Suiza, El Salvador, Japón, Vietnam y Miami. Todas tienen en común un mensaje: recordar que Nakamoto no es un nombre, sino una idea. Una visión impulsada por el código, la descentralización y un profundo deseo de transparencia. En una entrevista, la artista explica que la meta es «dar al espectador la sensación de desaparición», como si Nakamoto siguiera viviendo «en las líneas del código».

La obra del NYSE hace aún más ruido porque surge en un contexto donde las criptomonedas se imponen cada vez más en los ámbitos institucionales. Si bien el bitcoin conserva una ventaja en términos de simbolismo y capitalización, proyectos como Ethereum o Solana también llaman la atención de los inversores. Pero ninguna otra cripto iguala todavía la fuerza narrativa encarnada por Nakamoto.

Otro tuit de la artista ya anunciaba la próxima etapa: una nueva estatua que pronto será desvelada en un lugar descrito como «salvaje y significativo», una forma de mantener el espíritu «guerrilla» de esta iniciativa. Una gira mundial discreta, pero poderosa.

Algunos hitos importantes

• El precio del bitcoin hoy roza los 90,142 dólares, un récord vertiginoso;
• ¿La primera transacción en BTC? Dos pizzas pagadas con 10,000 bitcoins en 2010;
• BlackRock, antes escéptico, ahora forma parte de los convertidos;
• Más de 3.7 millones de bitcoins son propiedad de instituciones o Estados (fuente: Bitbo);
• 21 estatuas previstas, como los 21 millones de BTC creados en total.

Y como si no fuera suficiente, proyectos audaces intentan hoy «resucitar» a Satoshi Nakamoto mediante IA. Sí, leyó bien: ahora sería posible intercambiar con él gracias a un chatbot entrenado con sus escritos. Una nueva forma de tejer un vínculo entre el fundador invisible y los entusiastas que aún sueñan con descubrir su misterio.