¿El Bitcoin en pérdida de velocidad? Ethereum atrae capitales institucionales

Mientras el mercado de criptomonedas está impulsado por un ciclo alcista, se está produciendo un cambio silencioso: Ethereum parece ganar terreno frente a un bitcoin que pierde velocidad. Impulsada por señales institucionales claras y una mecánica de rendimiento más favorable, la dinámica de ETH ya no es una simple rotación de mercado, sino un reposicionamiento estructural. Este posible cambio de jerarquía, respaldado por indicadores concretos, redibuja las líneas de fuerza dentro del ecosistema cripto.

Bitcoin a prueba de sus propios límites

Mientras sigue atrayendo flujos institucionales masivos, bitcoin parece haber alcanzado un nivel donde su crecimiento podría desacelerarse mecánicamente. Así lo sugieren varios analistas.

Así, Marcin Kazmierczak, cofundador y COO de Redstone, alerta sobre los límites naturales relacionados con el tamaño creciente del activo. Él explica:

La dominación de bitcoin se enfrenta a efectos de techo naturales a medida que la capitalización de mercado aumenta. Un cálculo sencillo sugiere una disminución en los rendimientos de los flujos institucionales en los niveles actuales de asignación.

A continuación, los principales hallazgos que reflejan esta inflexión:

• Un techo de rendimiento: con una capitalización de mercado que se aproxima a los 2 000 mil millones de dólares, el BTC entra en una zona donde cada nuevo mil millones invertido pesa proporcionalmente menos en su precio, lo que reduce el impacto marginal de los flujos entrantes.

• Un modelo institucional ya ampliamente desplegado: varias empresas, como Trump Media y Strive, han adoptado una estrategia de tesorería basada en la de Strategy, centrada exclusivamente en bitcoin. Esto deja poco margen para sorpresas a corto plazo en este frente.

• Una dominancia que ralentiza la altseason: aunque algunos anticiparon un repunte masivo de altcoins, la fuerza persistente del BTC sigue frenando este escenario, al menos temporalmente.

• Una nueva redistribución de capital en gestación: según Jag Kooner, responsable de productos derivados en Bitfinex, «el capital no abandona bitcoin, sino que se acumula en las L1». Este capital, lejos de huir del mercado, se diversifica progresivamente dentro de las blockchains de primera capa, con Ethereum a la cabeza.

• Una estabilización esperada de la fuerza del BTC: para Kooner, este fenómeno podría marcar el inicio de la «fase 3 del ciclo alcista», donde bitcoin deja de ser la única locomotora del mercado para dar paso a otros activos en el ecosistema.

Estos elementos reflejan una situación ambivalente para el BTC. Sigue siendo la base de la valoración cripto, pero su potencial alcista ahora se enfrenta a limitaciones aritméticas y estructurales.

Este contexto abre espacio para otros activos capaces de captar la atención, y el capital, de inversores en busca de rendimiento y crecimiento, como Ethereum.

Ethereum, un nuevo imán para el capital institucional

Mientras la progresión de bitcoin parece desacelerarse, Ethereum capitaliza sus fundamentos sólidos para atraer la atención de los inversores institucionales. El mes de mayo fue particularmente revelador, con un ETH/BTC al alza de más del 30 %, un rendimiento que coincide con el éxito técnico de la actualización Pectra.

Sin embargo, más allá del momento técnico, es el interés creciente de los actores institucionales lo que da relieve a esta dinámica. El caso de SharpLink Gaming es emblemático. La empresa acaba de anunciar una colocación privada de 425 millones de dólares para iniciar una estrategia de tesorería centrada exclusivamente en Ethereum.

Esta rotación estratégica se basa en argumentos claros. Para Kazmierczak, «Ethereum se beneficia de una tesis de inversión institucional más clara (moneda programable, infraestructura DeFi) en comparación con la mayoría de los altcoins».

A diferencia de otros altcoins más especulativos, ETH ofrece una propuesta de inversión racional y estructurada centrada en el valor de su ecosistema. A esto se suman incentivos económicos concretos, como los rendimientos derivados del staking, ahora vistos como una palanca de diversificación por inversores profesionales.

Algunos actores del mercado anticipan que el precio del ETH podría alcanzar los 3,000 dólares ya en el mes de junio.

Esta dirección estratégica podría redibujar profundamente los flujos de capital en los próximos meses. Si la dinámica actual continúa, el año 2026 podría ver acelerarse lo que Kazmierczak describe como una «rotación institucional» hacia Ethereum, impulsada por sus avances tecnológicos, como el EIP-7928, y su madurez financiera. Una tendencia así podría fortalecer la autonomía de Ethereum respecto a bitcoin y acelerar la redefinición de las relaciones de fuerza entre ambos activos.