Gracias a Bitcoin, Satoshi Nakamoto se posiciona entre los 11 más ricos del mundo

No habla. No vende nada. Y sin embargo, Satoshi Nakamoto acaba de hacer temblar la cima de la pirámide financiera. Gracias a un bitcoin que alcanzó los 122,500 dólares, el creador de la criptomoneda alcanza una fortuna estimada en 134,26 mil millones de dólares. Sin haber movido ni uno solo de sus tokens.

¿Y si el silencio se volviera más pesado que el oro?

Hay fortunas que brillan bajo los flashes de los fotógrafos, y otras que duermen en la sombra, como secretos demasiado bien guardados. Satoshi Nakamoto, ese nombre que no es ni un nombre ni una persona, sino un mito, un enigma, una historia que se cuenta entre susurros en los pasillos digitales del mundo moderno. Y he aquí que esta silueta sin rostro acaba de tocar la puerta del club de los ultra-ricos. No escuchamos cómo entró, pero el bitcoin grito por dos.

A 122,500 dólares por token, la moneda virtual ha impulsado a su creador al puesto 11 de las fortunas mundiales. Por encima de Michael Dell. Por encima de muchos hombres que han mostrado todo, dicho todo, exhibido todo. 

Satoshi, en cambio, nunca ha vendido nada. Todavía posee 1,096 millones de bitcoins, repartidos en una constelación de billeteras dormidas. Cifras heladas, pero detrás de ellas, un mareo: la fortuna más silenciosa del mundo.

Subir a la cima con bitcoin sin nunca escalar la escalera

La cima está aún lejos. Para superar a Elon Musk, siempre posicionado en la cima con 404 mil millones de dólares, el bitcoin debería alcanzar aproximadamente los 370,000 dólares, es decir, un aumento del 202 %. Un ascenso que parece loco, pero que no lo es tanto en el universo cripto, donde lo irreal suele convertirse en realidad.

Las predicciones se disparan. Bloomberg menciona un crecimiento anual del 50 %, Bitwise habla de 200,000 dólares para finales de 2025, y Arthur Hayes apunta a 250,000 en este mismo año. Mientras tanto, Satoshi Nakamoto no dice nada. No vende nada. Permanece ahí, como un faro que ilumina sin nunca moverse.

Este desapego fascina. ¿Por qué mantener estas monedas intactas? ¿Por qué nunca haber cobrado el más mínimo beneficio? Algunos ven una postura ética, otros, una convicción. Como si Satoshi nunca hubiera querido ser rico, sino solamente cambiar las reglas del juego.

El verdadero poder de Nakamoto no es su riqueza. Es su ausencia. Su negativa a existir en ese teatro globalizado que es el capitalismo moderno. Un millonario fantasma en un mundo de luces.

Entonces sí, si el bitcoin alcanza los 370,000 dólares, se convertirá en el hombre o la mujer, o el grupo, más rico del mundo. Pero sin nunca mostrarse. Como una idea que tomara el poder sin pronunciar una palabra. Quizás esa es la verdadera revolución: no la que se impone por la fuerza, sino la que avanza en silencio. Mientras todos buscan un líder, el bitcoin sigue subiendo, supera a Amazon y se convierte en el quinto activo más poderoso del mundo.