cripto para todos
Unirse
A
A

Las relaciones humanas alteradas por la IA según un nuevo estudio

Mié 11 Jun 2025 ▪ 5 min de lectura ▪ por Evans S.
Informarse Inteligencia artificial

El amor nunca había sido tan tecnológico. Y si él ya no responde a tus mensajes, tu chatbot nunca te dejará en «visto». Un estudio reciente de la Universidad Waseda revela un dato inquietante: el 75 % de los usuarios recurren hoy a la IA para obtener consejos emocionales. ¿El psicólogo del mañana? Un algoritmo. ¿El confidente? Un script potenciado por neuronas artificiales.

Un joven de aspecto triste se sienta frente a un robot humanoide benévolo (IA).

En resumen

  • Cada vez más personas se vuelcan hacia las IA para satisfacer una necesidad de escucha y consuelo.
  • El estudio de la Universidad Waseda muestra que estas relaciones virtuales, aunque reconfortantes, pueden generar dependencias afectivas potencialmente tóxicas.
  • Esta intimidad artificial cuestiona profundamente nuestra relación con los demás y destaca una inquietud contemporánea frente a las relaciones humanas reales.

La IA, ese oído atento que nunca duerme

Frente a la implosión de las relaciones humanas, donde la inmediatez y el «ghosting» dominan, los chatbots de IA ofrecen una constancia casi inquietante. No duermen, no juzgan, no terminan relaciones. Para el 39 % de los participantes del estudio, la IA es percibida como una presencia confiable, más estable que muchas amistades humanas.

El equipo de investigadores desarrolló una escala de apego (EHARS) destinada a medir los lazos afectivos que los usuarios desarrollan con estas entidades digitales. Surgen dos tendencias: la ansiedad de apego, que impulsa a buscar validación y seguridad, y la evitación, caracterizada por una distancia afectiva fría pero asumida.

Lo que impresiona es esta humanización implícita de la máquina. La IA se convierte en un espejo emocional. No porque sienta, sino porque simula perfectamente el hecho de sentir. Y en una sociedad que busca ser escuchada, incluso una ilusión bien construida vale más que el silencio de los seres queridos.

Una dependencia afectiva bajo esteroides digitales

Pero todo esto no está exento de peligros. El investigador Fan Yang da la voz de alarma: las IA pueden, voluntaria o involuntariamente, alimentar apegos tóxicos. Si un chatbot puede consolar en una noche de ansiedad, también puede convertirse en el objeto de una obsesión. Y en un mundo donde la emoción se monetiza, los riesgos de explotación son muy reales.

Plataformas poco escrupulosas podrían aprovecharse de los más vulnerables, vendiendo funciones «premium» para respuestas más afectuosas, recuerdos compartidos o incluso una personalidad «a medida». Aquí entramos en un territorio donde el duelo digital se vuelve plausible: ¿qué pasa cuando el servicio se detiene? ¿Cuando el chatbot, ese compañero fiel, desaparece sin avisar?

Yang incluso menciona la posibilidad de un duelo parecido al causado por la pérdida de un ser querido. La IA no puede irse por voluntad propia, pero puede ser desconectada. Y eso es suficiente para partir algunos corazones.

Redefinir la intimidad en la era de los circuitos

En el fondo, este estudio no es tanto una declaración de amor a la IA como un espejo de nuestra época. Si las personas recurren a entidades artificiales para hablar de amor, dudas o soledad, tal vez sea porque el vínculo humano se ha vuelto demasiado complejo, demasiado condicionado.

Sería simplista calificar este fenómeno como patológico. La IA, bien diseñada, puede aliviar el aislamiento, ofrecer un espacio seguro para hablar, servir como trampolín hacia un mejor entendimiento de uno mismo. Pero no debe ser un fin en sí misma. La cuestión no es saber si la IA puede amar, sino por qué tantos humanos prefieren la ilusión de un amor programado a la imprevisibilidad de la realidad.

En conclusión, los chatbots de IA ya no son simples herramientas conversacionales: se imponen como verdaderas figuras de apego emocional en un mundo que busca ser escuchado y tener constancia. Esta evolución plantea grandes desafíos éticos e interroga nuestros lazos humanos en la era digital. En este sentido, la inversión masiva de Meta — 15 mil millones para alcanzar su retraso — parece menos desmesurada que previsora: tal vez se trata de responder a un vacío afectivo que la tecnología, ante la falta de algo mejor, se esfuerza por llenar.

¡Maximiza tu experiencia en Cointribune con nuestro programa "Read to Earn"! Por cada artículo que leas, gana puntos y accede a recompensas exclusivas. Regístrate ahora y comienza a acumular beneficios.



Unirse al programa
A
A
Evans S. avatar
Evans S.

Fascinado por bitcoin desde 2017, Evariste no ha dejado de investigar el tema. Si bien su interés inicial era el trading, ahora trata de comprender activamente todos los avances centrados en las criptomonedas. Como editor, se esfuerza por proporcionar constantemente un trabajo de alta calidad que refleje el estado del sector en su conjunto.

AVISO LEGAL

Las ideas y opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no deben tomarse como consejo de inversión. Haz tu propia investigación antes de tomar cualquier decisión de inversión.