Cuando Elon Musk juega a la política con Trump, es Tesla la que se retrasa en el arranque. Entre caídas libres, un consejo cauteloso y tuits furiosos, el Imperio del tuit tambalea peligrosamente.
Cuando Elon Musk juega a la política con Trump, es Tesla la que se retrasa en el arranque. Entre caídas libres, un consejo cauteloso y tuits furiosos, el Imperio del tuit tambalea peligrosamente.
Tesla se devalúa, bitcoin resiste, y Elon Musk se divide. Mientras la empresa atraviesa un trimestre difícil, su emblemático CEO intenta equilibrar la dirección de Tesla, la gestión de un portafolio cripto estratégico y sus nuevos roles gubernamentales junto a Donald Trump. Entre una caída de beneficios, una lealtad manifiesta al BTC y una promesa de retiro parcial del DOGE, Musk juega en múltiples frentes. Pero, ¿a qué precio para Tesla?
Tesla, antaño estrella de las carreteras, ahora avanza hacia el abismo: en Francia, los patrones indignados y flotas vacías firman el acta de defunción comercial del rey Musk.
Elon Musk quería conquistar las estrellas, pero su imperio tambalea en la Tierra. Tesla cae, Trump se involucra y Wall Street observa, escéptico, este gran acto de equilibrista.
Bitcoin se dispara, Tesla exulta. Elon Musk, siempre travieso, duda entre jugar a ahorrador o tomar beneficios… Ah, ¡la indecisión!