Impulsado por la promesa de un mining accesible desde un smartphone, Pi Network logró movilizar a una amplia comunidad. Sin embargo, mientras los volúmenes explotan en los exchanges centralizados y los anuncios oficiales tienen dificultades para convencer, el proyecto atraviesa un período inestable. Ahora, el entusiasmo da paso a las dudas, alimentadas por decisiones opacas y una comunicación considerada decepcionante. Un cambio estratégico parece inevitable, bajo riesgo de ver desaparecer uno de los proyectos más seguidos en el ámbito cripto.