El acuerdo de 13 mil millones con OpenAI cambia rumbo: Microsoft ajusta sus ambiciones
Microsoft nunca ha mostrado mucho entusiasmo por el bitcoin y sus primos digitales. El gigante de Redmond prefiere apostar por otras estrellas: la informática cuántica, las soluciones en la nube y, sobre todo, la IA. Hablando de inteligencia artificial, parece que se está escribiendo una nueva página entre Microsoft y OpenAI. No es una ruptura, sino más bien una reestructuración estratégica. Las conversaciones alrededor de su asociación conmueven la esfera tecnológica como una ráfaga en un desierto de servidores.
En resumen
- Microsoft, que ha invertido más de 13 mil millones de dólares en OpenAI, redefine los términos de una asociación estratégica.
- El contrato revisado garantiza a Microsoft un acceso prioritario a las tecnologías de IA hasta el horizonte 2030.
- OpenAI, mientras fortalece su gobernanza híbrida, busca una expansión global a largo plazo en el ecosistema de IA.
Una nueva era para la IA: OpenAI revisa su contrato con Microsoft
Desde 2019, Microsoft es el ángel guardián de OpenAI, inyectando 13 mil millones de dólares en la estructura. Hoy, los dos socios están discutiendo una renegociación del pacto. ¿Objetivo? Ofrecer a OpenAI, ya valorado en 300 mil millones de dólares, más libertad para recaudar fondos o considerar una salida a bolsa.
La alianza no flaquea, evoluciona. Microsoft mantiene la exclusividad del acceso a los modelos de OpenAI en Azure. Una cláusula de soberanía tecnológica, por así decirlo. Como informa Reuters, la voluntad es clara:
Permitir a OpenAI recaudar fondos adicionales mientras mantiene a Microsoft en una posición estratégica.
Bambalinas, se pronuncia una frase: « Microsoft tiene prioridad de acceso a los modelos desarrollados, pero OpenAI quiere ampliar su horizonte ».
La IA ya no es un gadget: se convierte en un palanca de dominio industrial. Y Redmond quiere asegurar su inversión.
Objetivos a largo plazo: entre IPO, gobernanza y ascenso en poder
OpenAI está considerando una reestructuración como una sociedad de tipo Public Benefit Corporation. ¿La idea? Combinar una misión social con la capacidad de recaudar capital. A diferencia de una empresa clásica, una PBC puede proteger su misión inicial mientras busca financiamiento masivo, un modelo que podría cambiar radicalmente las reglas para la IA.
Sam Altman quiere mantener el control. La entidad madre, sin fines de lucro, seguiría siendo mayoritaria. Pero algunos ven esta evolución con ojos críticos. Elon Musk, por ejemplo, considera que « el idealismo inicial se diluye en las finanzas ».
Si alcanzan las proyecciones para 2030, el 20 % de la cifra de negocios será de 97 mil millones de dólares, por lo que el rendimiento total para MSFT sería de aproximadamente 200 mil millones de dólares por una inversión de 13,75 mil millones de dólares.
La potencia financiera prevista es impresionante:
- OpenAI aspira a recaudar hasta 40 mil millones de dólares;
- La valoración podría subir a 300 mil millones de dólares;
- Microsoft posee el 49 % de la rama con fines de lucro de OpenAI.
¿Todo esto para qué? Extender su ventaja en una guerra mundial de la IA. Y, sobre todo, asegurarse de que el sueño tecnológico no se convierta en una pesadilla Gran Hermano.
OpenAI y Microsoft: un dúo tecnológico con un impacto sistémico en la IA
Lo que Microsoft construye con OpenAI va más allá de los anuncios. Ya en febrero, la empresa había reforzado sus infraestructuras Azure, específicamente para recibir GPT-4.5 y GPT-5. No es una experimentación: es un compromiso industrial.
¿El objetivo de Microsoft? Ofrecer una potencia de cálculo capaz de soportar los modelos más exigentes. Esto supone centros de datos revisados al alza, una renovación del almacenamiento y una optimización de las redes neuronales.
Internamente, hemos alcanzado el estándar GPT-4.5, y la transición al estándar GPT-5.5 no requerirá 100 veces más cálculos.
Sam Altman
Por su parte, OpenAI no solo innova. La organización teje lazos tecnológicos, financieros y políticos. Se convierte en un actor estructurante del ecosistema digital global. El futuro de la IA no solo se juega en los laboratorios. Se juega en las cláusulas contractuales, las capitalizaciones y las negociaciones de acceso a la innovación.
El dúo Microsoft-OpenAI ya no es una alianza puntual. Es una infraestructura. Un puente transcontinental entre capital, cálculo y código fuente. Y cuando se sabe que Microsoft ya está preparando la llegada de los nuevos modelos GPT, y no la del bitcoin, no hay duda: la IA, para ellos, es cosa seria.
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