Un estadounidense condenado por ayudar a Corea del Norte a infiltrar la tecnología estadounidense
Si Pyongyang aún no lanza misiles contra Estados Unidos, créalo, el ataque ya está en curso. Pero en otros frentes. El ejército de Kim Jong-un avanza silenciosamente, vestido de desarrollador. Objetivo: aniquilar al enemigo desde dentro, teclado tras teclado. Bienvenidos a la era del hacking norcoreano, donde las líneas de código reemplazan las líneas de frente.

En breve
- Minh Vong arrestado y condenado tras ayudar a hackers norcoreanos a infiltrar la tecnología estadounidense.
- Recibió 970,000 dólares haciéndose pasar por desarrollador ante empresas estadounidenses.
- Los hackers accedieron a sistemas sensibles gracias a credenciales proporcionadas por Vong.
- La investigación revela una operación financiada por Pyongyang mediante granjas de laptops e identidades falsas.
El falso desarrollador que atrapó a la tecnología estadounidense
¿Es un nuevo golpe del Lazarus Group? El misterio sigue intacto, pero el caso ya hiela la sangre. Minh Phuong Ngoc Vong, ciudadano estadounidense de 40 años, fue recientemente condenado a 15 meses de prisión. ¿Su crimen? Haber prestado su identidad a hackers norcoreanos para infiltrar al menos 13 empresas estadounidenses, varias de ellas con contratos gubernamentales.
Entre 2021 y 2024, Vong usurpó el papel de desarrollador presentando un currículum ficticio: diploma falso, experiencia inventada e incluso un supuesto nivel de autorización secreto. Todo para permitir que agentes norcoreanos, incluido un tal «William James» en Shenyang, trabajaran a distancia bajo su cobertura. Las empresas, creyendo contratar a un estadounidense, en realidad financiaron sin saberlo operaciones de hacking desde Asia.
Lo más grave: Vong incluso consiguió un contrato con la FAA, la Administración Federal de Aviación, accediendo a sistemas relacionados con la defensa nacional. Un solo clic fue suficiente para abrir la puerta a datos sensibles.
Como resume Roman Rozhavsky, de la División de Contrainteligencia del FBI:
Corea del Norte sigue decidida a financiar sus programas armamentísticos estafando a empresas estadounidenses y explotando a víctimas estadounidenses de robo de identidad, pero el FBI está igualmente decidido a interrumpir esta amplia campaña y llevar a sus autores ante la justicia.
Hackers invisibles, sueldos bien reales
Los hackers norcoreanos no solo se infiltran. También cobran. Minh Vong recibió más de 970,000 dólares en salarios, entregando gran parte a sus cómplices. Oficialmente, era desarrollador para trece empresas. Oficiosamente, era la fachada de una red de agentes digitales.
Las «laptop farms», o granjas de ordenadores, se han convertido en una herramienta estratégica: domicilios estadounidenses alojando computadoras proporcionadas por empresas, controladas a distancia por norcoreanos. El esquema es simple: un estadounidense presta sus documentos, su acceso, su conexión. A cambio, recibe una comisión, mientras el verdadero trabajo se realiza en Pyongyang o Shenyang.
Una investigación reveló que uno de los desarrolladores que recomendó a Vong durante una entrevista virtual descubrió, mucho más tarde, que la persona que conoció no era la misma que en las fotos de identidad.
Como recuerda el DOJ en un comunicado:
Las comunicaciones de Doe muestran que probablemente es un ciudadano norcoreano que trabajaba para generar ingresos en beneficio del gobierno norcoreano. Por ello, el tribunal asegura que los conspiradores obtuvieron acceso no autorizado a sistemas gubernamentales sensibles.
Mientras tanto, Pyongyang embolsa discretamente millones de dólares.
Criptomonedas, IA, sabotaje digital: la tecnología bajo presión
Los hackers norcoreanos no se detienen en los datos sensibles. También atacan las criptomonedas. En 2025, se habrían robado más de 2 mil millones de dólares en activos digitales. Plataformas como Upbit y Bybit han sido objetivo, con métodos cada vez más sofisticados.
El régimen ahora apuesta por la inteligencia artificial. Desde los años 90, Corea del Norte invierte en investigación sobre reconocimiento de voz, procesamiento de datos y optimización. Hoy, informes hablan del uso ilegal de GPU Nvidia para acelerar el hacking.
Los cibercriminales norcoreanos explotan cada falla tecnológica, apuntando también a startups cripto. Postulan, consiguen accesos y luego vacían billeteras digitales a distancia. La tecnología mundial se convierte en su campo de batalla.
Algunas cifras que ponen los pelos de punta:
- Más de 13 empresas tecnológicas estadounidenses infiltradas por Minh Vong entre 2021 y 2024;
- Casi 970,000 dólares pagados por trabajo realizado por hackers norcoreanos;
- Un solo individuo (Vong) permitió el acceso a sistemas relacionados con la defensa;
- En 2025, 2 mil millones de dólares en criptomonedas robadas por Corea del Norte;
- El régimen financia sus misiles gracias a estas operaciones cibernéticas discretas.
La amenaza norcoreana ya no es virtual, es muy real. Las infiltraciones en la tecnología y los ataques a las criptomonedas no cesan de crecer. Frente a esta guerra en las sombras, los Estados estrechan filas. En todo el mundo, se multiplican los esfuerzos para detectar, neutralizar y enjuiciar a los hackers norcoreanos. El teclado se ha convertido en un arma, y el campo de batalla, global.
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