Las nuevas sanciones occidentales contra Rusia no dejan de extender su influencia. Esta vez, es el eje Moscú-Ankara el que sufre las consecuencias. Con miles de millones de dólares en acuerdos comerciales en juego, las repercusiones sobre los intercambios entre Rusia y Turquía podrían ser profundas y duraderas. En un contexto donde los bancos turcos ahora están bajo una mayor vigilancia por parte de Estados Unidos, el futuro de las transacciones entre estos dos gigantes económicos es incierto.