GAIN Act : El Senado estadounidense aprueba una ley que podría trastocar la industria de los chips IA
Estados Unidos parece decidido a dominarlo todo: no solo los mercados, sino los chips de procesadores, la carrera por la IA y la infraestructura digital global. La Ley GAIN exige que los fabricantes de chips IA sirvan primero a los clientes estadounidenses antes de cualquier exportación. ¿Es una maniobra de seguridad o una ambición imperial? ¿Debe todo ser capturado y controlado desde hoy? Este texto podría redibujar el equilibrio tecnológico mundial, ¿a qué costo para el resto del mundo y para el cryptominado?
En resumen
- La Ley GAIN reserva los chips IA a empresas estadounidenses antes de cualquier exportación extranjera.
- El Senado aprueba esta ley estratégica con 77 votos a favor y 20 en contra, pese a las reticencias industriales.
- Nvidia y otros denuncian un cierre del mercado en detrimento de la innovación global.
- Los mineros de criptomonedas quedan atrapados, enfrentando aumentos de costos y retrasos logísticos.
Ley GAIN: un Patriot Act tecnológico
La Ley GAIN, incluida en la NDAA 2026, establece una regla fuerte: antes de exportar chips de inteligencia artificial o HPC, los fabricantes deben satisfacer los pedidos del mercado estadounidense. El Congreso se reserva el derecho de prohibir licencias de exportación sobre los circuitos más avanzados. Esta lógica de prioridad nacional evoca la trayectoria del Patriot Act: control reforzado, limitación de usos en el extranjero.
El Senado aprobó el texto con 77 votos a favor y 20 en contra. Según Americans for Responsible Innovation: « En el Senado, colocar a Estados Unidos en prioridad es considerado un distintivo de honor ».
Su presidente Brad Carson afirma:
Mientras trabajamos para mantener la ventaja de Estados Unidos en el desarrollo de la IA, necesitamos que los fabricantes de chips IA avanzados vendan primero a empresas estadounidenses antes de dirigirse a países considerados problemáticos. La Ley GAIN AI es una victoria importante para la competitividad económica y la seguridad nacional de Estados Unidos.
Esta alianza entre soberanía tecnológica y militarización del control de exportación marca un salto: la IA se convierte en una frontera regulada, no un recurso abierto al comercio global.
IA & USA: « America First » o aislamiento tecnológico?
Adoptar un « America First » versión IA equivale a encerrar las innovaciones: solo los actores estadounidenses se benefician prioritariamente. La Ley GAIN fuerza la venta de chips primero a clientes estadounidenses, incluso si socios extranjeros los necesitan. Este enfoque se inscribe en una política más amplia.
La Casa Blanca, a través de uno de sus asesores, David Sacks, intentó eliminar este apartado del texto, argumentando que frenaría la expansión de las exportaciones tecnológicas.
En su carta al Senado, ARI y American Compass recuerdan que la IA tiene una dimensión dual entre tecnología civil y seguridad nacional: priorizar el mercado interno evitaría dejar que competidores superen a Estados Unidos.
¿El peligro? Que las startups IA no estadounidenses queden descalificadas del juego internacional. Al querer bloquear la cadena IA doméstica, Estados Unidos podría aislar su mercado. El ecosistema mundial de IA correría el riesgo de fragmentarse. El desafío: conciliar soberanía y apertura — sin asfixiar la innovación.
Cryptominado en la trampa: señales a vigilar
La Ley GAIN no menciona explícitamente el minado de criptomonedas. Sin embargo, afecta un uso clave de las GPU y chips de alto rendimiento que usan los mineros para asegurar las blockchains. CleanSpark ya ha sido obligado a pagar 185 millones de USD por hardware importado disputado; IREN enfrenta una reclamación de 100 millones de USD.
Estas cifras ilustran la fragilidad del dispositivo. Estas disputas muestran que el marco comercial del hardware criptográfico ya está bajo tensión.
Aquí hay 5 señales a vigilar:
- 9 de octubre de 2025: adopción de la Ley GAIN en el Senado (77 a favor / 20 en contra);
- Fabricantes como Nvidia están obligados a reservar chips para clientes estadounidenses antes de exportar;
- CleanSpark: 185 M$ reclamados por aduanas;
- IREN: 100 M$ de deudas potenciales;
- Posible migración de operaciones hacia jurisdicciones más libres.
Estos elementos muestran un riesgo de congestión de hardware para el minado. Menos chips disponibles = aumento de costos = disminución de rentabilidad.
Además, una caída del hashrate en EE.UU. podría debilitar la posición de Estados Unidos en la infraestructura mundial de la criptosphera. El texto amenaza así no solo a los gigantes IA, sino también a los actores del web descentralizado.
Cuando Donald Trump reveló su estrategia para la IA, no se anduvo con rodeos: quiere que Estados Unidos domine la tecnología, sin compromisos. La Ley GAIN se inscribe en esta trayectoria, armando un marco supuesto para proteger la IA estadounidense. Pero en esta búsqueda de control, también son los mineros de criptomonedas, las startups IA y la innovación global los que corren el riesgo de pagar el precio.
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