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Japón valida un plan de estímulo colosal de 17 000 billones de yenes

7:10 ▪ 6 min de lectura ▪ por Mikaia A.
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Francia ya no es la única que ve explotar su deuda pública. Estados Unidos se ahoga bajo billones. Y lejos de los reflectores, Japón también enfrenta un tsunami económico. En la sombra de sus grandes metrópolis bien ordenadas, el país del Sol Naciente lucha contra una crisis silenciosa: escasez de mano de obra, desaceleración de inversiones, envejecimiento acelerado… ¿Resultado? Tokio saca la artillería pesada. Un plan de estímulo de más de 17 000 billones de yenes acaba de ser validado por el gobierno de Takaichi. Colosal, ¿pero suficiente?

Un médico presa del pánico intenta reanimar a un paciente-robot etiquetado como «Japón», rodeado de máquinas médicas que muestran «17.000».

En resumen

  • Japón invierte 17 000 billones de yenes para salvar una economía minada por la demografía.
  • En 2024, 309 empresas cerraron, incapaces de reclutar suficiente personal calificado disponible.
  • La hotelería invierte solo 20 000 yenes por empleado frente a 450 000 en otros sectores económicos.
  • Proyectos mayores, como el de TOC, se posponen hasta 2036 por falta de recursos humanos.

Japón: Un estímulo potenciado por yenes, pero con falta de manos

Agobiada por una montaña de deudas y un clima económico tenso, la jefa de gobierno, Sanae Takaichi, decidió golpear fuerte. Para reactivar la economía, apuesta por un presupuesto de más de 110 mil millones de dólares, financiado con una ampliación presupuestaria de 14 000 billones de yenes. Una respuesta contundente ante la escalada de precios y, sobre todo, un modelo económico en estado crítico.

Pero la economía japonesa tiene un problema mucho más profundo: no tiene suficientes brazos para funcionar. En 2024, 309 empresas se declararon en quiebra debido a la escasez de personal. Y las cifras duelen: pérdidas de 16 000 billones de yenes al año, es decir, el 2,6 % del PIB que se evapora. Hoteles, residencias de ancianos, restaurantes… todos están sufriendo.

Makoto Ono, que administra un hotel en Nikko, ha visto desaparecer al 40 % de su personal desde la pandemia. ¿Resultado? La mitad de las habitaciones quedan vacías, incluso en plena temporada turística. Una hemorragia que frena cualquier recuperación. Y sin trabajadores, incluso los mejores planes de estímulo quedan paralizados.

IA en el país de los robots: ¿promesa o espejismo industrial?

El gobierno apuesta fuerte por la tecnología. Uno de los ejes principales del plan: la IA (inteligencia artificial). Japón planea inyectar 10 000 billones de yenes para 2030 en los sectores de IA y semiconductores. Un riesgo, pero estratégico. ¿La idea? Ganar en productividad para compensar la falta de mano de obra.

Pero en el terreno, la realidad es menos gloriosa. En los hoteles, se invierte solo 20 000 yenes por empleado en software. Es veinte veces menos que la media nacional. El contraste es impactante: un país conocido por sus robots, pero que no automatiza sus sectores en crisis.

En algunos casos, las empresas prefieren cancelar servicios que contratar temporalmente. Como en Saitama, donde la cooperativa Co-op Deli suspendió sus entregas durante cinco días este verano. La causa: ola de calor y escasez de repartidores. Costó caro… pero contratar temporales habría costado aún más.

El estímulo basado en la tecnología es tentador, pero Japón aún no está listo. Se requiere una modernización masiva de las PyMEs y una estrategia de formación. Sin ello, la inteligencia artificial podría quedarse en una bonita vitrina sin motor.

Una economía en trampa: crecimiento, deudas e ilusiones

Detrás de las cifras vertiginosas del estímulo, un malestar profundo atraviesa la economía japonesa. Desde 2019, las grandes empresas no han cumplido el 10 % de sus proyectos de inversión. En 2024, 1,9 billones de yenes quedaron sobre la mesa. Demasiado arriesgado, poca visibilidad y, sobre todo, un miedo sordo al futuro.

Incluso gigantes como TOC postergan sus obras. En Tokio, un rascacielos de 13 pisos debía ser demolido para dar paso a una torre más rentable. Pero ante la explosión de los costos laborales, el proyecto se pospone hasta… 2036. Eso dice mucho del alcance del congelamiento.

Takaichi intenta reformar la legislación laboral, pero las horas extras limitadas a 720 por año restringen la flexibilidad. Y las ayudas focalizadas – bonos alimentarios, reducción de facturas de gas – no resuelven el problema estructural del envejecimiento y la falta de renovación.

Cifras y realidades a tener en cuenta:

  • 309 empresas quebraron en 2024 por falta de mano de obra;
  • 2,6 % del PIB se pierde cada año por esta escasez;
  • El sector hotelero invierte 20 000 yenes por empleado en digitalización… frente a 450 000 en otros sectores;
  • 1,9 billones de yenes en inversiones privadas abandonadas en 2024;
  • Objetivo de 10 000 billones de yenes para 2030 en IA y semiconductores.

Si algunos analistas estadounidenses mencionan las criptomonedas como una herramienta potencial contra la inflación y la deuda, Japón no se queda atrás. Los rumores sobre una reserva nacional de bitcoin resurgen. En una economía en mutación, el giro hacia los activos digitales podría marcar el próximo capítulo de la estrategia nipona.

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Mikaia A.

¡La revolución blockchain y cripto está en marcha! Y el día en que los impactos se sientan en la economía más vulnerable del mundo, contra toda esperanza, diré que fui parte de ella

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Las ideas y opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no deben tomarse como consejo de inversión. Haz tu propia investigación antes de tomar cualquier decisión de inversión.