Los traders apuestan por el Bitcoin a pesar de las turbulencias relacionadas con la guerra y la inflación

Mientras el mundo entra en una nueva zona de turbulencias, entre la guerra en Oriente Medio, la subida de los precios de la energía y la incertidumbre monetaria, persiste una anomalía: el bitcoin no baja. Sube. Es una paradoja impactante en un clima donde los activos tradicionales flaquean. ¿Debe considerarse como una nueva prueba de su transformación en un valor refugio? ¿O una ilusión de estabilidad alimentada por la euforia de los mercados?

El bitcoin se eleva donde los mercados temen lo peor

En plena escalada de tensiones entre grandes potencias, con Irán en el punto de mira y el petróleo disparándose, el bitcoin superó los 108.000 $ este lunes. No es un simple rebote técnico: es una reacción contracorriente de un mercado mayormente inquieto. Donde los índices bursátiles tambalean, el BTC traza su camino. ¿Por qué?

La respuesta proviene en parte de los flujos masivos hacia los ETF de Bitcoin al contado: 301,7 millones de dólares el viernes, más de 1.000 millones anunciados el lunes por Strategy. No son los pequeños inversores quienes impulsan esto: son los institucionales. En otras palabras, quienes más tienen que perder en tiempos de crisis continúan acumulando.

Añade a esto una prima en los contratos a futuro del 5 % y un mercado de opciones que se calma (delta caído al 1 %), y obtienes una señal clara: el mercado no entra en pánico. Cree en ello como informa Cointelegraph.

ETF, derivados y petróleo: un equilibrio tan frágil como audaz

Esta calma aparente oculta, sin embargo, una realidad más compleja. El petróleo, impulsado por las tensiones en Oriente Medio, podría reactivar la espiral inflacionaria. Y donde hay inflación, hay tipos de interés altos mantenidos por más tiempo. Esto podría presionar todos los activos… incluido el bitcoin.

Y sin embargo, la confianza permanece intacta. ¿Es una estrategia racional o una apuesta arriesgada? Para Philippe Gijsels de BNP Paribas Fortis, la prudencia es clave: «La reacción del mercado ha sido muy modesta, por lo que hay margen para la decepción si las cosas se intensifican». Al acercarse a sus máximos, el bitcoin coquetea con un exceso de optimismo en un mundo que no lo es.

El bitcoin está solo un 4 % por debajo de su récord histórico de mayo. Un umbral simbólico. Si lo supera, podría provocar una ola de FOMO alcista. Pero nada está garantizado en este contexto geopolítico inestable. El más mínimo choque, en las tasas, en los precios de la energía, o en el frente comercial con China, podría cambiar la situación.

Ed Yardeni, experimentado experto, recuerda que la guerra comercial iniciada por Trump podría resurgir. Y si la tensión sigue aumentando, el bitcoin podría descubrir que su estabilidad actual es solo un espejismo.
Esta no es la primera vez que el bitcoin atraviesa una tormenta. Pero esta vez avanza casi contra la lógica de los mercados tradicionales.

¿Es el inicio de un nuevo estatus como valor refugio digital? ¿O la euforia de un mercado que se niega a ver las nubes negras en el horizonte? Una cosa es segura: los traders han tomado su decisión. Y por ahora, apuestan por el bitcoin como El Salvador.