El oro brilla como un sol en plena apocalipsis financiera, mientras que Bitcoin, ese adolescente rebelde del mercado, todavía busca su identidad. Una guerra de nervios donde el antiguo mundo lleva la delantera.
El oro brilla como un sol en plena apocalipsis financiera, mientras que Bitcoin, ese adolescente rebelde del mercado, todavía busca su identidad. Una guerra de nervios donde el antiguo mundo lleva la delantera.
El precio del bitcoin ha caído por debajo de los 100,000 dólares tras el anuncio de China sobre nuevos aranceles a las importaciones estadounidenses. Esta decisión, que se produce en un contexto de crecientes tensiones comerciales entre las dos potencias, ha provocado una onda de choque en los mercados. Los analistas temen un período de mayor volatilidad si las negociaciones entre China y Estados Unidos no avanzan.
La Indonesia, primera economía del Sudeste Asiático, acaba de integrarse oficialmente al bloque de los BRICS en enero de 2025, marcando así un giro importante en la reconfiguración de las alianzas económicas globales. Esta adhesión refuerza significativamente el peso del grupo, que ahora representa más del 51% de la población mundial y el 40% del PIB global.
Pekín tiene motivos para preocuparse: los miles de millones en dólares amenazan con evaporarse si el Tío Sam cambia de tono.
Nuevo mandato para Trump: un cóctel explosivo de economía musculosa, entre perforaciones frenéticas y aranceles contundentes. ¡La fiesta comienza!
La hamburguesa ve rojo: McDonald's, golpeado por la E. Coli y los boicots, se pone su chaleco salvavidas bursátil.
Mientras el Medio Oriente se incendia, el Bitcoin tambalea. El oro, en cambio, brilla como un Napoleón encontrado bajo un colchón.
En un contexto geopolítico tenso, la economía rusa demuestra una dependencia persistente del dólar. A pesar de las prohibiciones de exportación de divisas, 2.3 mil millones de dólares en billetes verdes han penetrado el territorio ruso.