Las elecciones estadounidenses siempre han representado un símbolo mundial de democracia y estabilidad. Sin embargo, en la era digital, enfrentan desafíos sin precedentes, exacerbados por los avances tecnológicos y las amenazas a la integridad de los procesos electorales. Recientemente, Nevada ha estado en el centro de una polémica importante relacionada con las acusaciones de "falsos votantes" durante las elecciones presidenciales de 2020. Aunque estas acusaciones fueron rechazadas, destacaron fallas críticas en el sistema de certificación electoral. Ante esta crisis de confianza, el estado de Nevada tomó una decisión audaz al optar por la tecnología blockchain para garantizar la seguridad y la transparencia de sus elecciones. Esta adopción, aclamada como un avance significativo, tiene como objetivo anclar las certificaciones electorales en un registro inmutable, lo que hace que cualquier intento de falsificación sea prácticamente imposible.