Mientras el universo de las criptomonedas tambalea una vez más bajo las sacudidas geopolíticas y los caprichos del mercado, un actor silencioso sigue su camino, contra viento y marea: Chainlink. En una atmósfera saturada de incertidumbres, el protocolo oracle parece haber despertado un apetito muy particular en las ballenas, esas criaturas del mercado que nunca se mueven sin motivo.