Mientras que la mayoría anticipaba una bajada de las tasas de la Fed en septiembre, un indicador clave siembra dudas. La publicación del último índice de precios al productor (PPI) reaviva los temores inflacionarios y enfría las esperanzas de un relajamiento monetario. Este giro sutil, pero lleno de significado, cambia las reglas en un contexto donde la política de la Fed dicta el ritmo de los activos riesgosos, y más que nunca, el del mercado cripto.