Mientras las sanciones económicas buscaban sofocar a Moscú, Rusia registra un crecimiento del 4,1 % en 2023. Esta cifra, confirmada por las autoridades rusas, sacude las certezas de Washington y sus aliados. En un clima de guerra en Ucrania y de recomposición de alianzas monetarias, el regreso en fuerza de la economía rusa revela una estrategia de elusión eficaz, impulsada por los BRICS. Este dato cuestiona la efectividad de las sanciones occidentales y reevaluar el juego geoeconómico.