¡El dólar cae a su nivel más bajo en tres años!

Mientras Wall Street encadena récords, el dólar se desploma a un ritmo no visto desde 1973. Esta gran disparidad no es casual. Refleja un cambio global impulsado por tensiones geopolíticas, una Reserva Federal bajo presión política y las incertidumbres macroeconómicas. Los referentes se desmoronan, los mercados buscan refugios. En esta recomposición silenciosa, pero brutal, las criptomonedas se imponen nuevamente en el campo estratégico, impulsadas por su lógica descentralizada frente a la inestabilidad de las monedas estatales.

Wall Street se dispara, impulsado por la tecnología y un rebrote geopolítico

A pesar de la fragilidad de los mercados ante la incertidumbre económica, el S&P 500 avanzó un 0,80 % para alcanzar 6.141,02 puntos, una subida espectacular de más del 23 % desde su punto más bajo en abril, al cierre del jueves 26 de junio. El Nasdaq subió un 0,97 % hasta 20.167,91 puntos, mientras que el Dow Jones ganó un 0,94 % hasta 43.386,84.

Esta recuperación, iniciada en un contexto de extrema incertidumbre, se aceleró gracias a una relajación diplomática inesperada en Oriente Medio. Se anunció un alto el fuego entre Israel e Irán tras casi dos semanas de tensiones militares, bajo la mediación estadounidense.

Tras este apaciguamiento, los mercados recuperaron un marcado apetito por el riesgo. Los traders se lanzan a la tecnología, las acciones de crecimiento y los segmentos más arriesgados del mercado, impulsados por la esperanza de que el presidente Trump adopte una postura más moderada en el frente comercial.

Además de los índices bursátiles, otros indicadores económicos también reaccionaron a este entorno más favorable. Se observa especialmente:

• Una recuperación de los precios del petróleo, con el Brent cerrando a 67,73 dólares por barril (+0,07 %) y el WTI a 65,24 dólares (+0,49 %), impulsada por la perspectiva de negociaciones nucleares con Irán;

• Un renovado optimismo global, con los mercados europeos también registrando aumentos, como el índice paneuropeo STOXX (+0,09 %) y el índice MSCI de mercados mundiales alcanzando un nuevo récord de 909,47 puntos;

• Una apuesta creciente por un alivio comercial, con inversores anticipando un retroceso parcial de las amenazas arancelarias estadounidenses, mientras esperan negociaciones programadas con varios socios internacionales antes de la fecha límite del 9 de julio.

Estos movimientos reflejan un reposicionamiento rápido de los operadores, que ven en esta calma geopolítica una oportunidad para reexponerse a activos riesgosos. Sin embargo, este entusiasmo se basa en fundamentos aún frágiles: ni el tema iraní ni las tensiones comerciales están realmente resueltos. El riesgo de un giro sigue muy presente.

La caída del dólar y la puesta en cuestión de la Fed

Si las miradas se centran en el auge bursátil, otro movimiento, más discreto pero potencialmente cargado de consecuencias, está en marcha: el desplome del dólar.

El índice DXY, que mide el billete verde frente a una cesta de monedas principales, perdió un 0,43 % en el día y ahora cae más del 10 % desde comienzos de año. Si esta tendencia continúa, será la peor primera mitad de año para el dólar desde la instauración de los tipos de cambio flotantes a principios de los años 1970.

El contexto de esta caída es cualquier cosa menos casual. El presidente Trump estaría considerando reemplazar a Jerome Powell, actual presidente de la Reserva Federal, antes del final de su mandato previsto para mayo próximo. Un escenario así pondría en cuestión directamente la independencia del banco central estadounidense, un principio fundamental a los ojos de los inversores internacionales.

Wasif Latif, director de inversiones en Sarmaya Partners, resume la situación: «el mercado reconoce que, tarde o temprano, Powell dejará el escenario y su sucesor probablemente será más indulgente, incluso políticamente alineado».

La perspectiva de un presidente de la Fed más conciliador, es decir, favorable a recortes de tasas más rápidos, alimenta las expectativas de relajación monetaria. Los tipos de bonos ya reflejan esta dinámica: el rendimiento del bono estadounidense a 10 años bajó al 4,248 %, su nivel más bajo en siete semanas, y el del bono a 2 años cayó al 3,721 %.

Esta caída de los rendimientos, combinada con la pérdida de confianza en el dólar, incita a algunos inversores a reposicionarse en valores refugio como el bitcoin o el oro, cuyos contratos a futuro se negocian a 3.348 dólares la onza.

El impacto de este desplazamiento en el mercado de criptomonedas podría ser considerable. Si la duda se instala de forma duradera sobre la credibilidad de la Fed, especialmente sobre un posible despido de Powell, los activos descentralizados como el bitcoin podrían recuperar su atractivo como alternativa monetaria. La historia reciente ha demostrado que los períodos de caída del dólar combinados con tasas reales negativas constituyen un terreno fértil para las criptomonedas.