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Asistimos al colapso de la economía mundial

11:10 ▪ 7 min de lectura ▪ por Satosh
Invierta en Geopolítica

El caos mundial actual no es fruto del azar. Según los historiadores Neil Howe y William Strauss, estamos entrando en un ciclo destructor que redibuja las sociedades cada 80 a 100 años. Esta transformación mayor podría trastornar la economía mundial, los mercados financieros y redefinir el orden geopolítico tal como lo conocemos. En este colapso próximo, Bitcoin podría ser una vía de escape para salvar los ahorros.

El mundo se derrumba

En resumen

  • La teoría del «Cuarto Giro» predice ciclos históricos de 80 a 100 años que culminan en una gran crisis.
  • Los desequilibrios económicos acumulados desde 2008 crean las condiciones para un colapso sistémico.
  • Las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos y China podrían desencadenar un conflicto mayor. Demander à ChatGPT

Una teoría histórica que predice el colapso

La guerra comercial iniciada por Trump, la crisis de la deuda y las crecientes tensiones entre Estados Unidos y el bloque Rusia-China son señales que anuncian una crisis del modelo capitalista.

En 1997, Neil Howe y William Strauss revolucionaron el análisis histórico con su obra «The Fourth Turning: An American Prophecy«. Su teoría audaz propone que la Historia evoluciona según ciclos previsibles de cuatro fases, cada una de aproximadamente veinte años.

The Fourth Turning: An American Prophecy (Howe, Strauss)
The Fourth Turning: An American Prophecy (Howe, Strauss)

Estas cuatro estaciones se suceden invariablemente. Primero el «High«, período de prosperidad y cohesión social, similar a las Treinta Gloriosas. Luego el «Awakening«, fase de cuestionamiento de las instituciones por parte de las generaciones jóvenes, como en los años 1960-70. Después el «Unraveling«, marcado por el creciente individualismo y debilitamiento institucional desde los años 1980.

Finalmente llega el «Fourth Turning», período de crisis profunda en el que los sistemas antiguos colapsan. Ejemplos históricos incluyen la Revolución americana, la Guerra Civil y la Gran Depresión que condujo a la Segunda Guerra Mundial.

Según Howe, hemos entrado en esta fase crítica entre mediados de los años 2000 y principios de la década de 2020.

Los catalizadores del colapso actual

Varios factores convergentes explican por qué este Fourth Turning se manifiesta hoy. El primero concierne a los desequilibrios económicos acumulados durante décadas.

Después de la crisis de 2008, gobiernos, empresas y particulares aprovecharon tasas de interés históricamente bajas para endeudarse masivamente. Esta expansión monetaria artificial infló los precios de activos mientras creó una dependencia peligrosa del crédito barato. Hoy, la deuda mundial alcanza niveles nunca vistos, empujando a países y economías a sus límites.

Paralelamente, la fragmentación política y social se intensifica. La confianza hacia gobiernos, instituciones financieras y medios se erosiona continuamente. Las desigualdades de riqueza se profundizan, alimentando la polarización y la aparición de movimientos populistas alrededor del mundo, desde Trump en Estados Unidos hasta Meloni en Italia.

El desafío geopolítico chino constituye el tercer catalizador mayor. El ascenso de Pekín desde los años 1990 cuestiona la dominación estadounidense, creando tensiones comerciales, tecnológicas y militares que recuerdan las rivalidades de los anteriores Fourth Turnings. Esta competencia entre superpotencias desestabiliza invariablemente el orden mundial establecido.

Escenarios económicos de los años venideros

Frente a estas presiones sistémicas, las consecuencias económicas podrían ser dramáticas. Cuando las deudas alcanzan niveles insostenibles, los gobiernos tienen tres opciones principales: reducir drásticamente el gasto, incumplir pagos o crear inflación para reducir el nivel real de las deudas.

Históricamente, la inflación es la solución política preferida, ya que reduce discretamente el endeudamiento sin recortes presupuestarios impopulares. Sin embargo, este enfoque devastador afecta a los ciudadanos comunes al erosionar sus ahorros y poder adquisitivo. La pandemia ofreció un anticipo de esta realidad, con gobiernos creando dinero masivamente y provocando un alza espectacular de los precios de bienes esenciales.

Si la inflación se descontrola, las autoridades suelen recurrir a medidas autoritarias como la represión financiera, forzando a inversores y ciudadanos a mantener activos gubernamentales a pesar de su rápida devaluación.

Los riesgos geopolíticos amplifican estos peligros económicos. Un conflicto en el estrecho de Taiwán podría escalar rápidamente entre Estados Unidos y China, rompiendo las cadenas de suministro mundiales y provocando pánico generalizado en los mercados financieros. Esta polarización geopolítica ya obliga a las naciones a elegir bando, especialmente entre Occidente y los países BRICS.

Bitcoin y las acciones para sobrevivir al colapso

Esta transformación estructural exige un enfoque de inversión radicalmente diferente. El experto financiero Russell Napier predice una era prolongada de represión financiera, inflación alta y controles de capital.

Los bonos tradicionales, antaño refugios seguros, se vuelven peligrosos. Frente a la creciente inflación, los poseedores de bonos exigirán rendimientos mayores, provocando la caída de precios existentes. Mantener bonos gubernamentales o corporativos durante este Fourth Turning podría comprometer gravemente su cartera.

En cuanto a las acciones, el nuevo panorama económico favorece a los sectores tangibles: infraestructura, defensa, materias primas, manufactura y energía. Los gobiernos aumentarán su gasto en estas áreas para reconstruir las economías, restaurar las cadenas de suministro y fortalecer la seguridad nacional.

Las materias primas ofrecen una protección particular. El oro y la plata históricamente rinden bien durante las fases de inflación y devaluación monetaria. El oro podría incluso convertirse en un nuevo activo de reserva si la confianza en las monedas tradicionales se resquebraja, explicando su reciente rally sostenido.

Respecto a las criptomonedas, probablemente solo aquellas con una adopción real sobrevivirán al próximo mercado bajista. Fuera de bitcoin y ethereum, la mayoría de las criptos caerán.

La década 2020-2030 anuncia un periodo turbulento. Los inversionistas prudentes deben desde ahora reposicionar sus carteras hacia sectores tangibles, diversificar geográficamente y priorizar la preservación de su patrimonio, especialmente adquiriendo bitcoin. Aunque el futuro cercano parece caótico, la Historia nos enseña que estos períodos de crisis desembocan invariablemente en eras de paz y prosperidad renovadas.

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Satosh

Cada día trato de enriquecer mis conocimientos sobre esta revolución que permitirá a la humanidad avanzar en su búsqueda de libertad.

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