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BRICS: ¿Por qué no hay apoyo militar a Irán?

15:10 ▪ 6 min de lectura ▪ por Luc Jose A.
Informarse Geopolítica

Mientras los ataques israelíes apuntan a sitios sensibles iraníes y Teherán responde con misiles hacia Tel Aviv, la escalada militar redefine los equilibrios en Oriente Medio. Sin embargo, una ausencia estratégica genera intriga: la de los BRICS. Nuevo integrante del bloque, Irán apostaba por un apoyo sólido frente a su enemigo acérrimo. Pero ni Moscú, ni Pekín, ni Nueva Delhi se comprometen. Este silencio desnuda los límites de una alianza que Teherán veía como un contrapeso a la hegemonía occidental.  

Una figura que representa a Irán permanece inmóvil, congelada por el viento, sosteniendo una bandera iraní rota en una mano. A su izquierda, cinco figuras que representan a los países BRICS marchan en formación, de espaldas, resueltamente.

En resumen

  • El conflicto entre Irán e Israel se intensifica, con ataques militares inéditos por ambas partes.
  • A pesar de su reciente adhesión a los BRICS, Irán se encuentra solo frente a la escalada militar.
  • Rusia condena a Israel pero rechaza cualquier apoyo militar a Teherán, invocando una asociación sin cláusula de defensa mutua.
  • Los demás miembros de los BRICS, como China e India, evitan cualquier implicación, privilegiando cada uno sus intereses estratégicos.

Un apoyo diplomático sin alcance militar

Mientras el espectro de una guerra total se confirma, Rusia, considerada el socio estratégico más comprometido con Irán, rechazó toda idea de intervención militar en el conflicto actual.

En un comunicado publicado por el Kremlin, Vladimir Putin ciertamente expresó su «condena de las acciones israelíes, llevadas a cabo en violación de la Carta de las Naciones Unidas y del derecho internacional», y presentó sus «condolencias al pueblo iraní por las numerosas víctimas».

Habló por teléfono con el presidente iraní Masoud Pezeshkian y el primer ministro israelí Benjamin Netanyahu, llamando a la desescalada. Sin embargo, esta postura pronto fue acompañada por una aclaración. A pesar de la firma reciente de un «Tratado de Asociación Estratégica», Rusia no tiene intención de brindar ningún apoyo militar a Teherán.

Este tratado, firmado en enero de 2025 y ratificado en primavera, no contiene ninguna cláusula de defensa mutua. Se limita al compromiso de no apoyar a los enemigos de la otra parte.

Las razones de esta prudencia son múltiples y están arraigadas en la estrategia diplomática de Moscú. Hasta la fecha, Rusia se limita a una postura de equilibrista geopolítico, para preservar tanto sus intereses regionales como sus márgenes de maniobra frente a Occidente. Concretamente:

  • El tratado ruso-iraní no es un pacto militar y no prevé ninguna cláusula de asistencia en caso de agresión;
  • Moscú sigue movilizado por la guerra en Ucrania y evita abrir un segundo frente, especialmente contra Israel, potencia militar y nuclear;
  • El Kremlin busca mantener un diálogo con Washington, particularmente a través de su papel de mediador potencial en este conflicto;
  • Vladimir Putin ha propuesto en varias ocasiones facilitar el regreso a la mesa de negociaciones, una opción que Donald Trump ha saludado públicamente.

En suma, detrás del lenguaje diplomático y las condenas verbales, Rusia se niega a traducir su asociación estratégica con Irán en un compromiso militar concreto. Esta postura táctica busca contener la escalada, pero coloca de facto a Teherán en una posición de vulnerabilidad frente a Israel.

Los BRICS a prueba de sus contradicciones geopolíticas

Si Teherán podía esperar un apoyo colectivo de la alianza de los BRICS, las expectativas se enfrentaron a la realidad. El 16 de junio, el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores iraní, Esmaeil Baqaei, declaró:

Esperamos que los BRICS adopten una postura, reconociendo la realidad en nuestra región, donde un régimen criminal ha lanzado un ataque armado ilegal contra otro país.

Sin embargo, si la Organización de Cooperación de Shanghai (OCS) ha condenado los ataques israelíes, los BRICS, en cambio, no han publicado ninguna declaración unificada. Las profundas divergencias entre sus miembros frenan cualquier reacción concertada entre bastidores.

De hecho, China, aunque próxima a Irán en el ámbito energético, no desea involucrarse en un conflicto que podría perturbar sus intercambios comerciales globales. Por su parte, India se mantiene alejada de toda hostilidad hacia Israel, con quien mantiene una estrecha cooperación en materia de seguridad.

Este silencio diplomático ilustra una realidad estructural: los BRICS no constituyen una alianza de seguridad. Así, a diferencia de la OTAN, el grupo no posee ni doctrina militar común ni mecanismos de intervención coordinada.

Cada Estado defiende sus propios intereses nacionales, a menudo contradictorios, especialmente en política exterior. Irán, al unirse al grupo el pasado enero, contaba con una solidaridad ideológica frente a Occidente. Sin embargo, la realidad es más pragmática. A este punto, ninguno de los pesos pesados del bloque parece dispuesto a comprometer sus relaciones bilaterales con Israel o Estados Unidos para defender a Teherán.

Esta falta de reacción plantea la cuestión de la credibilidad política de los BRICS. Si bien sigue siendo un foro poderoso de contestación del modelo occidental, especialmente en materia económica como lo evidencia la desinversión masiva de activos estadounidenses, su incapacidad para actuar en situaciones de crisis mayor podría a largo plazo limitar su alcance estratégico. Para Irán, el aislamiento es brutal. Sufre una ofensiva militar de gran envergadura, pero también se encuentra sin palanca diplomática sólida para movilizar a sus aliados. A menos que haya un cambio de postura poco probable, Teherán tendrá que enfrentar solo la escalada.

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Luc Jose A.

Diplômé de Sciences Po Toulouse et titulaire d'une certification consultant blockchain délivrée par Alyra, j'ai rejoint l'aventure Cointribune en 2019. Convaincu du potentiel de la blockchain pour transformer de nombreux secteurs de l'économie, j'ai pris l'engagement de sensibiliser et d'informer le grand public sur cet écosystème en constante évolution. Mon objectif est de permettre à chacun de mieux comprendre la blockchain et de saisir les opportunités qu'elle offre. Je m'efforce chaque jour de fournir une analyse objective de l'actualité, de décrypter les tendances du marché, de relayer les dernières innovations technologiques et de mettre en perspective les enjeux économiques et sociétaux de cette révolution en marche.

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