Caída del dólar frente al euro: Aquí está la razón por la que esto es solo el comienzo
Desde principios de año, el dólar se desploma frente al euro y otras divisas principales. Una dinámica que parece estar lejos de terminar. Los mercados se ajustan a un contexto geopolítico incierto, alimentado por las decisiones económicas de la administración Trump. ¿Hasta dónde llegará la caída del billete verde?
En breve
- El dólar ha perdido más del 9 % frente al euro desde enero, una tendencia que se acelera.
- La política comercial agresiva de Donald Trump alimenta una pérdida masiva de confianza.
- Los inversores se alejan de los activos estadounidenses, amplificando la presión sobre la divisa.
- Varios grandes bancos anticipan un euro por encima de 1,20 dólares para finales de 2025.
El dólar estadounidense pierde velocidad en los mercados
La caída vertiginosa del dólar encuentra sus raíces en los errores de la administración Trump. La Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) redujo el lunes sus previsiones de crecimiento estadounidense a 1,6 % para 2025, frente al 2,2 % anteriormente y al 2,8 % en 2024. Esta revisión drástica refleja directamente el impacto de los aranceles anunciados por Donald Trump.
“Si los nuevos aranceles pueden motivar a producir más en Estados Unidos, el aumento de los precios a la importación reducirá los ingresos reales de los consumidores”, explica la OCDE.
La organización internacional señala una paradoja económica: los aranceles destinados a proteger la economía estadounidense terminan por asfixiarla.
Las vacilaciones de Trump respecto a su política comercial crean una gran incertidumbre. Usar los aranceles como arma diplomática no solo enfadó a los socios comerciales, sino que también sacudió la confianza de los inversores internacionales. Esta inestabilidad política se traduce en una fuga masiva de capitales hacia refugios más seguros.
El proyecto presupuestario de Trump, su famoso “big, beautiful, bill”, agrava aún más la situación. Goldman Sachs advierte que este proyecto resultará en déficits presupuestarios prolongados, alimentando los desequilibrios en la balanza corriente estadounidense. Un cóctel explosivo que mina la credibilidad del dólar.
¡Un dólar debilitado por mucho tiempo!
Bank of America identifica el fenómeno central: “En las últimas semanas, el tema dominante en el mercado ha sido la reevaluación por parte de los inversores globales de sus importantes exposiciones al dólar”. Esta “rotación de cartera” masiva ve cómo los capitales huyen de los activos estadounidenses para redistribuirse en Europa.
Un paradoja de mercado ilustra perfectamente esta desconfianza. Desde abril, las tasas de bonos estadounidenses han subido del 4 % al 4,6 %, mientras que el dólar cayó un 5 %. Normalmente, la subida de las tasas fortalece una divisa. Aquí, acelera la fuga de los inversores.
Deutsche Bank temía en abril “una crisis de confianza” sobre la divisa estadounidense. Hoy, el banco alemán estima que “el daño ya está hecho”.
Las amenazas de Trump contra Jerome Powell, presidente de la Fed, añadieron una capa adicional de incertidumbre. UBS señala que “el simple hecho de discutir la independencia de la Fed ha incrementado los riesgos extremos”.
Esta crisis de confianza va más allá del ámbito económico. Refleja un cuestionamiento profundo de la hegemonía estadounidense. Los inversores anticipan un mundo multipolar donde el dólar ya no será la referencia absoluta. Esta anticipación se convierte en una profecía autocumplida.
¿Hacia un euro a 1,25 dólares?
Las previsiones de los grandes bancos convergen hacia un fortalecimiento duradero del euro. Morgan Stanley apuesta por 1,25 dólares para 2026, frente a 1,14 actualmente. Deutsche Bank ve el euro en 1,20 dólares a finales de 2025, y 1,25 en diciembre de 2026. Nomura anticipa 1,20 dólares para fin de año.
Esta convergencia refleja un cambio estructural. Europa se orienta hacia la expansión presupuestaria, con Alemania que elimina su freno a la deuda para aumentar sus gastos en defensa. Paralelamente, la zona euro muestra un crecimiento superior al 1 %, en contraste con las perspectivas estadounidenses deterioradas.
Bank of America advierte que “cualquier subida del dólar a corto plazo será finalmente considerada una oportunidad de venta”. Esta frase resume el estado de ánimo del mercado: el dólar ya no se percibe como un valor refugio, sino como un activo para deshacerse de él.
La política monetaria acentúa esta tendencia. La Fed duda en bajar sus tasas mientras la inflación permanezca elevada. En cambio, el Banco Central Europeo cuenta con margenes de maniobra mayores. Esta divergencia monetaria favorable a Europa refuerza la atractividad del euro.
Al amanecer de un seísmo monetario mundial
El dólar ya no es lo que era. Este retroceso, alimentado por decisiones políticas mal calibradas, podría transformarse en una tendencia estructural.
Como decía Voltaire, “una moneda de papel, basada únicamente en la confianza en el gobierno que la imprime, siempre termina volviendo a su valor intrínseco, es decir, cero”. Una frase visionaria, que hoy cobra un relieve especial.
La desdolarización ya no es un fantasma geopolítico, sino una ola subterránea. Y no, ni el euro ni otra moneda fiduciaria tomarán naturalmente el relevo del dólar, al menos no una moneda tradicional.
En este contexto de creciente inestabilidad monetaria, tal vez sea hora de mirar hacia las alternativas. Bitcoin, por ejemplo, merece toda su atención. Alejado de los dogmas bancarios, podría convertirse en una herramienta de preservación en caso de una ruptura sistémica, ahora casi inevitable.
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