Cripto: ¿Está ya Internet en manos de los stablecoins?
La era del plástico está llegando a su fin. Mientras Visa y Mastercard se quedan sin aliento bajo el peso de tarifas opacas y plazos arcaicos, una nueva forma de infraestructura toma el poder discretamente. Los stablecoins, durante mucho tiempo relegados a herramientas de traders, se instalan hoy en el corazón de la Web como la «capa de liquidación por defecto». Ya no es una hipótesis futurista: es una realidad que se ancla en las cifras y en los usos.
En breve
- Los stablecoins ahora superan a Visa y Mastercard en volumen de transacciones onchain, convirtiéndose en la infraestructura preferida para pagos en línea.
- Su adopción masiva se explica por su rapidez, bajo costo e integración creciente por gigantes como PayPal y Stripe.
- A pesar de desafíos técnicos y críticas institucionales, se imponen como la base del futuro sistema financiero tokenizado.
De la sombra a la dominación: los stablecoins superan a las tarjetas
Hay una ironía casi poética en ver a Visa y Mastercard, estandartes de las finanzas digitalizadas, ser superados… por líneas de código. Según Noam Hurwitz de Alchemy, los stablecoins han superado oficialmente a los gigantes de las tarjetas en volumen de transacciones onchain, con una ventaja del 7 %. Esto no es solo una señal fuerte: es un terremoto para la infraestructura de pagos en línea.
¿Por qué este auge fulgurante? Porque los stablecoins van directo al grano. Sin intermediarios voraces. Sin retrasos entre validación y liquidación. PayPal, Stripe, Circle e incluso Visa lo han entendido bien: para mantenerse en la carrera, hay que integrar la cripto en sus propias vías, o arriesgarse a volverse obsoletos. La moneda programable está convirtiéndose en la norma.
En este juego de cambio, Alchemy juega un rol central. Proveedor de la infraestructura técnica de las mayores carteras y redes de pago, la empresa se encuentra alimentando una arquitectura financiera paralela que ya no es marginal.
Los stablecoins: catalizadores de una Web financiera universal
Pero los stablecoins no solo «pagan rápido». Redefinen lo que significa el dinero en Internet. Transferencias internacionales en pocos segundos, pagos automatizados, tesorería optimizada… Estos activos digitales, indexados a monedas reales, combinan la estabilidad de la moneda fiduciaria con la flexibilidad de la blockchain.
El caso de Tether es revelador. Con 113 mil millones de dólares invertidos en bonos del Tesoro estadounidense, el emisor del USDT posee más deuda soberana que… Alemania. Solo Tether generó 13 mil millones de dólares en beneficios el año pasado. Es un actor monetario completo, pero sin banco central. Y ahí es donde está el problema para los reguladores.
El mundo quizás aún no habla de cripto a diario, pero ya usa sus fundamentos. Ya sea en plataformas de apuestas predictivas como Polymarket o en transferencias transfronterizas invisibles para el usuario final, los stablecoins se infiltran en los engranajes del comercio digital global.
Una normalización en marcha… pero aún fragmentada
La aprobación del Genius Act por el Senado estadounidense marca un punto de inflexión. Por primera vez, Estados Unidos regula de manera estructurada estas nuevas vías financieras. Esto tranquiliza a las instituciones y atrae aún más capital tradicional hacia la cripto.
Sin embargo, no todo es tan simple. El panorama blockchain sigue fragmentado, los estándares inter-cadenas son todavía incipientes y la experiencia del usuario sufre una complejidad técnica difícil de disimular.
Las empresas quieren la rapidez y el bajo costo de los stablecoins, sin asumir la pesada tecnología.
A pesar del entusiasmo de los innovadores, el Banco de Pagos Internacionales (BPI) aporta una nota discordante. Según él, los stablecoins no logran encarnar una moneda digna de ese nombre, porque carecen de unicidad, elasticidad e integridad. Críticas que suenan como un canto del cisne de un mundo antiguo, frente a una infraestructura que no esperó la luz verde de los bancos centrales para imponerse.
Los stablecoins ya no son simples herramientas de nicho en el ecosistema cripto. Se están convirtiendo en la columna vertebral de una Web financiera en transformación. Ni moneda estatal, ni acción cotizada. Son las nuevas tuberías de un Internet donde el dinero circula libremente, sin fricción. Y sobre todo, sin control central. Una fuerza silenciosa, donde el bitcoin preocupa a los regímenes autoritarios.
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Fascinado por bitcoin desde 2017, Evariste no ha dejado de investigar el tema. Si bien su interés inicial era el trading, ahora trata de comprender activamente todos los avances centrados en las criptomonedas. Como editor, se esfuerza por proporcionar constantemente un trabajo de alta calidad que refleje el estado del sector en su conjunto.
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