El Salvador continúa su inversión en Bitcoin: 240 BTC añadidos desde diciembre de 2024 a pesar del FMI
Frente al FMI, El Salvador se presenta como un rebelde. Mientras esta institución internacional le ofrece un salvavidas de 1,4 mil millones de dólares, el país continúa discretamente su estrategia cripto. El presidente Nayib Bukele sigue alimentando las arcas nacionales con bitcoin, aparentemente desafiando el acuerdo alcanzado. ¿La última adición? 240 BTC adicionales desde diciembre de 2024. Una estrategia asumida, casi insolente.
En resumen
- El Salvador añadió 240 bitcoins a sus reservas a pesar del acuerdo firmado con el FMI.
- El FMI tolera la compra a través de entidades privadas para eludir los términos del acuerdo.
- Tether y Bitfinex se establecen en un El Salvador transformado en un refugio cripto altamente estratégico.
- Las remesas en cripto caen notablemente a pesar de las promesas de auge de la economía digital local.
Una acumulación persistente a pesar del acuerdo: 240 nuevos bitcoins en las arcas
A pesar del acuerdo firmado con el FMI a finales de 2024, que imponía oficialmente una congelación de la acumulación de bitcoins, El Salvador continuó comprando. Desde esa fecha, se han añadido 240 unidades adicionales, alcanzando un total de 6,209 BTC. Una suma estimada en 550 millones de dólares, alrededor del 15 % de las reservas de divisas del país.
¿El truco? Las compras no se realizarían directamente a través de canales públicos. Rodrigo Valdes, director regional del FMI, confirma:
El Salvador sigue respetando su compromiso de no acumular Bitcoin en el sector fiscal en su conjunto.
En otras palabras, las adquisiciones continuarían, pero por medio de entidades o clasificaciones que escapan a la definición estricta del acuerdo.
Anndy Lian, asesor blockchain, enfatiza:
La interpretación flexible del FMI sugiere que las compras pueden involucrar entidades no públicas o activos reclasificados.
Una estrategia hábil que permite a Bukele mantener la imagen de un país amigable con las criptomonedas mientras recibe la ayuda del FMI.
Un FMI discreto frente a Bukele: ¿estrategia de evasión o señal de impotencia?
¿Perdió el FMI el control? Oficialmente, el acuerdo preveía abandonar el bitcoin como moneda legal y el fin de cualquier implicación gubernamental en los criptoactivos. Sin embargo, tras la firma, Bukele tuiteaba orgullosamente una captura de pantalla: «No ha terminado«, acompañada de una nueva compra de bitcoin.
Esta falta de firmeza ha suscitado críticas. ¿El riesgo? Desacreditar la autoridad del FMI ante otros países deudores. Para algunos analistas, esta «flexibilidad» sería en realidad una estrategia diplomática para no confrontar a Bukele, respaldado por aliados geopolíticos importantes.
Además, se suma la creciente influencia de actores cripto controvertidos como Tether y Bitfinex, que han trasladado su sede a El Salvador. Tether cuenta con 143 mil millones de dólares en activos, más de 25 veces las reservas del país. Esta transferencia no es casual: conlleva un riesgo de interferencia y captura regulatoria.
Las empresas en cuestión están lejos de ser intachables. Tether ya pagó 41 millones de dólares por engañar a los consumidores. Bitfinex, por su parte, fue prohibido de operar en Nueva York tras un acuerdo con el fiscal general. El FMI, al tolerar estas influencias, contribuye a instaurar un ecosistema financiero paralelo, fuera de todo control democrático.
Realidad en declive: la desilusión cripto se instala en el día a día salvadoreño
Mientras el presidente apuesta todo al bitcoin, los ciudadanos se están desconectando. La dinámica de las remesas (transferencias de dinero enviadas desde el extranjero) en cripto ilustra este creciente desinterés.
- Las remesas cripto cayeron un 44,5 % en el primer trimestre de 2025;
- Representan solo el 0,52 % del total de transferencias de dinero;
- En valor: 16 millones de dólares frente a 28,83 millones el año pasado en el mismo periodo;
- Marzo de 2024 mostró 8 millones de dólares; en 2025, se sitúa en 6,92 millones;
- En todo 2024, las remesas cripto solo crecieron un 3,1 %.
El uso sigue siendo marginal a pesar de los esfuerzos educativos. Se han lanzado formaciones sobre carteras Lightning. Pero en el terreno, el efecto es limitado. Joe Nakamoto bromeaba recientemente en X:
Pagar con Bitcoin en El Salvador… ¿Eso significa que las cosas son gratis?
La vida cotidiana, sin embargo, es menos divertida. Varios habitantes han sido expropiados para proyectos de infraestructura cripto. Ninguno de los grandes anuncios – aeropuerto, tren, Bitcoin City – ha visto aún la luz. El sueño cripto de El Salvador comienza a desmoronarse.
Sin embargo, Bukele mantiene el rumbo. Sigue proyectando a El Salvador como un pionero digital. Su campaña emblemática lo demuestra: «un día, un bitcoin (BTC)». Más allá del símbolo, esta política muestra una voluntad a largo plazo, aunque navegue contracorriente de los dogmas económicos clásicos. Una estrategia arriesgada, pero coherente con su visión de independencia monetaria.
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¡La revolución blockchain y cripto está en marcha! Y el día en que los impactos se sientan en la economía más vulnerable del mundo, contra toda esperanza, diré que fui parte de ella
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