La Fed congela las tasas, el DXY se dispara: Bitcoin tambalea en medio de la incertidumbre

El dólar ruge, el bitcoin encaja. Ese es el escenario que se perfila mientras el índice del dólar (DXY) supera los 99,98 puntos, su nivel más alto en dos meses. Este repunte coincide con la decisión de la Reserva Federal de mantener las tasas de interés sin cambios, una señal contundente para los mercados, aunque no necesariamente favorable para el bitcoin.

Una Fed inmóvil, un dólar en movimiento

Contra todo pronóstico, la Fed no ha cedido a las presiones políticas. A pesar de los insistentes llamados a recortar tasas —especialmente del expresidente Donald Trump, cuyo patrimonio alcanzó los 620 millones de dólares— Jerome Powell se mantiene firme. Las tasas siguen ancladas entre el 4,25 % y el 4,50 %, con un mensaje claramente prudente: la inflación sigue siendo elevada y el objetivo sigue siendo el 2 %.

En este contexto, el DXY salta. No se trata de un simple rebote técnico, sino de un retorno con fuerza del dólar en medio de un entorno macroeconómico incierto. Como suele ocurrir, la estabilidad monetaria percibida en EE.UU. actúa como un imán para el capital. Y cuando el dólar se fortalece, el bitcoin se resiente.

Bitcoin y DXY: una vieja rivalidad monetaria

No es la primera vez que el bitcoin y el dólar se mueven en direcciones opuestas. Históricamente, el DXY actúa como un barómetro inverso para los activos de riesgo, y el bitcoin está a la cabeza de esa lista.

Cuando el billete verde sube, los inversores buscan menos refugio en las criptomonedas. Esa dinámica se ha cumplido una vez más: el BTC cayó brevemente hasta los 115.760 dólares, antes de recuperar algo de terreno. Un análisis completo de esta evolución está disponible en el informe publicado por BeInCrypto.

Pero esta corrección, aunque moderada, dice mucho. La resiliencia del bitcoin no es infinita, especialmente frente a un DXY que podría apuntar a los 101 puntos en el corto plazo, según el reconocido estratega macroeconómico Michael J. Kramer. El mercado se anticipa. Y los algoritmos lo saben: un dólar fuerte suele ser un golpe duro para el mundo cripto.

¿Qué futuro le espera al bitcoin en un mundo pro-dólar?

La cuestión no es tanto si el bitcoin va a caer, sino cuánto tiempo podrá resistir. Porque en el fondo, los fundamentos del BTC no han cambiado. La oferta sigue siendo limitada. La demanda institucional sigue ahí, aunque con cautela.

Lo que cambia es el contexto global. Si la Fed sigue congelando las tasas y el DXY continúa su trayectoria alcista, el escenario de un BTC rumbo a los 150.000 dólares se vuelve menos probable a corto plazo.

Aun así, la cripto no está muerta. Se adapta. Soporta los golpes. Y a veces, incluso se beneficia de la incertidumbre monetaria para reposicionarse como un activo alternativo. Lo que podría jugar a favor del bitcoin sería un deterioro inesperado del mercado laboral o una caída repentina en las bolsas, factores que podrían obligar a la Fed a reconsiderar su postura.