¡Las criptomonedas finalmente seducen a los gigantes de la tecnología!

Los pagos digitales entran en una nueva era. Apple, Google Cloud, Airbnb y X (antes Twitter) mantienen conversaciones discretas con empresas cripto para integrar stablecoins en sus servicios. Este giro estratégico marca un cambio claro: la blockchain deja el campo de la experimentación para convertirse en una herramienta de infraestructura codiciada por los gigantes tecnológicos.

La Big Tech explora los stablecoins para optimizar sus costos

Mientras que Uber anunció que quiere aceptar criptomonedas como método de pago, otros gigantes tecnológicos, como Apple, Airbnb, X (antes Twitter) y Google, han iniciado discusiones confidenciales con empresas cripto con el objetivo de integrar stablecoins en sus sistemas de pago.

Este enfoque cripto busca esencialmente mejorar la eficiencia de los pagos transfronterizos y reducir la dependencia de intermediarios tradicionales. Las empresas consideran la adopción de estas criptomonedas como una forma de reducir los costos de transacción y optimizar los pagos internacionales.

Entre ellos, Airbnb explora activamente la idea desde principios de año, en colaboración con empresas especializadas en infraestructuras de stablecoins, y contempla eludir actores como Visa o Mastercard.

Así, las iniciativas en curso se detallan de la siguiente manera:

• Airbnb conversa con Worldpay, uno de sus proveedores de pago, que acaba de anunciar una asociación con la empresa de infraestructura de stablecoin BNVK.

• Apple, por su parte, ha estado en negociaciones desde enero de 2025 con representantes de Circle, emisor del stablecoin USDC, especialmente con Matt Cavin, un alto ejecutivo de la compañía.

• Airbnb ha confirmado que «los pagos cripto no son una prioridad de integración inmediata, pero la empresa monitorea la evolución del sector».

• A esta altura, Apple y X mantienen silencio, lo que subraya la dimensión aún confidencial de estos proyectos.

Estas conversaciones, aunque en una etapa inicial, evidencian un interés estratégico creciente por los stablecoins, vistos ya no como una tendencia especulativa, sino como una herramienta para modernizar las infraestructuras financieras.

La voluntad de reducir los costos de intermediación parece ser el motor principal de esta transformación en gestación.

Experimentaciones ya concretas y una dinámica acelerada

Mientras que algunas empresas como Airbnb y Apple aún están en la fase exploratoria, otras como Google Cloud ya han pasado a la acción. La división cloud de la empresa confirmó haber aceptado pagos en stablecoins para dos de sus clientes, en particular en PYUSD, el stablecoin emitido por PayPal en asociación con Paxos.

«Hemos facturado a estos clientes como solemos hacerlo. Simplemente usaron stablecoins para pagar sus facturas», declaró Rich Widmann, responsable de estrategia Web3 en Google Cloud.

Estas transacciones se integraron en la contabilidad tradicional de la empresa, sin pasar por una división específica, lo que demuestra una voluntad de integración fluida y estructurada. Widmann va incluso más lejos calificando esta evolución como «el avance más grande en pagos desde la red SWIFT».

X, la plataforma de Elon Musk, desarrolla por su parte un enfoque más ambicioso a través de su aplicación X Money, concebida como una herramienta de pago versátil. Después de oficializar una asociación con Visa en enero para el desarrollo de una billetera digital, X ahora conversa con Stripe sobre una posible integración de pagos en stablecoins.

Las negociaciones, inicialmente lideradas por Patrick Traughber (exresponsable de pagos, ahora en World), están ahora a cargo de Payam Abedi, desarrollador senior cuyo título en LinkedIn es «Servicios financieros en X». Nuevamente, el objetivo sería añadir una funcionalidad de pago peer-to-peer, inspirada en servicios como Venmo, pero soportada por una arquitectura stablecoin.

A través de estas iniciativas, emerge un asunto capital: la elección del stablecoin a integrar. Entre USDT (frecuentemente criticado por sus prácticas de cumplimiento), USDC (afectado por incertidumbres vinculadas a la IPO de Circle) y PYUSD (aún poco adoptado), las opciones son limitadas.

Algunos actores incluso consideran crear su propio stablecoin, una idea ya planteada pero frenada por la oposición de algunos legisladores demócratas en Estados Unidos. Para Chris Ahn, socio en Haun Ventures e inversor temprano en la startup Bridge adquirida por Stripe, la dinámica actual no tiene precedentes: «los stablecoins existen desde hace tiempo, pero ahora tenemos las piezas correctas del rompecabezas».

Las primeras señales concretas de un interés creciente de la Big Tech por los stablecoins podrían anunciar un cambio estructural en la aproximación a los pagos digitales. A medida que las barreras regulatorias se flexibilizan, las empresas tecnológicas buscan retomar la iniciativa, apostando por herramientas que hasta ahora se percibían como marginales o riesgosas. Si bien algunos proyectos siguen en fase exploratoria, las acciones ya emprendidas por Google Cloud o las ambiciones declaradas de X evidencian que se abre una nueva era.