Más de 90 países abandonan el dólar en 2025

Un giro discreto, pero masivo, está redefiniendo los equilibrios monetarios mundiales. De hecho, más de 90 países, liderados por los BRICS, están abandonando el dólar en sus intercambios internacionales. En su lugar, el yuan, el rublo o la rupia se están imponiendo progresivamente. Este realineamiento estratégico, lejos de ser un simple ajuste técnico, cuestiona el orden financiero construido alrededor de Estados Unidos desde la posguerra. Una voluntad asumida de soberanía económica y una contestación directa a la hegemonía estadounidense sobre los flujos mundiales son el origen de este movimiento.

Los BRICS toman la delantera en la desdolarización mundial

Desde principios de 2025, los miembros de los BRICS han intensificado su estrategia de desdolarización mediante acciones concretas como la transición hacia monedas locales. Esta dinámica se basa en una voluntad común de restaurar una forma de soberanía monetaria en los intercambios internacionales.

Mohammad Reza Farzin, gobernador del Banco Central iraní, afirmó :

Hemos concluido un acuerdo monetario con Rusia y hemos eliminado completamente el dólar estadounidense. Ahora comerciamos exclusivamente en rublos y riales.

Asimismo, entre India y Rusia, el comercio bilateral ha pasado de 13 a 27 mil millones de dólares gracias a la adopción de pagos en rupias. En cuanto a Brasil, ha establecido intercambios directos entre el real y el yuan con China, respaldados por la integración del sistema de pago chino en las instituciones bancarias brasileñas.

Más allá de los acuerdos bilaterales, los BRICS están implementando infraestructuras financieras dedicadas, capaces de rivalizar con los sistemas occidentales. Varios mecanismos operativos reflejan esta estrategia :

• BRICS Pay, un sistema de pago transfronterizo en monedas locales, ya permite a más de 50 países socios eludir SWIFT ;

• La Comunidad de Estados Independientes (CEI), asociada a los BRICS, realiza ahora el 85 % de sus transacciones transfronterizas en monedas nacionales ;

• El Banco Nuevo de Desarrollo (BND) financia proyectos de infraestructura en monedas locales, como en Brasil (1.041 millones BRL) o en Rusia (68,8 millones USD) ;

• El rublo ha pasado del 10 % a más del 40 % de las exportaciones rusas, un salto ocurrido desde las sanciones relacionadas con el conflicto en Ucrania.

Estos elementos demuestran que la desdolarización ya no es solo una retórica política. Está empezando a integrarse en los mismos engranajes de los intercambios económicos internacionales, impulsada por herramientas concretas, decisiones políticas asumidas y una coordinación regional cada vez mayor.

Una dinámica que va mucho más allá del círculo de los BRICS

Más allá del círculo inicial de los BRICS, el movimiento de desdolarización se extiende a numerosos países de África, Asia y de la ex URSS. La Comunidad de Estados Independientes (CEI), que incluye entre otros a Armenia, Azerbaiyán, Bielorrusia, Kazajistán y Uzbekistán, realiza hoy más del 85 % de sus transacciones transfronterizas en monedas locales.

África no se queda atrás. Así, Tanzania ha prohibido oficialmente el dólar en ciertas transacciones, allanando el camino para que países como Kenia y Nigeria adopten a su vez modelos de pago en monedas soberanas. Por su parte, la ASEAN promueve activamente mecanismos regionales de pagos en monedas locales.

Uno de los sectores donde esta transformación es más evidente es el de la energía. Arabia Saudita, ahora alineada con los BRICS, acepta el yuan para sus ventas de petróleo, mientras que India paga sus importaciones rusas en rupias, sin pasar por el dólar.

Ghana, por su parte, ha elegido usar oro para sus importaciones de crudo. Estos movimientos suelen interpretarse como una respuesta al uso político del dólar. Vladimir Putin lo resumió así: «El dólar se usa como un arma. Realmente vemos que es así. Es un grave error».

Frente a esta dinámica, la reacción de Estados Unidos fue inmediata. Donald Trump amenazó con imponer aranceles del 100 % a las naciones involucradas en la implementación de alternativas monetarias. Estas amenazas ya han tenido efectos políticos.

En Brasil, el presidente Lula eliminó de la agenda de la presidencia brasileña de los BRICS este año la idea de una moneda común. «El recurso al unilateralismo socava el orden internacional. Frente a la polarización, la defensa coherente del multilateralismo es el único camino a seguir», declaró, mostrando una posición equilibrada.

Sin embargo, la dinámica parece bien encaminada. La desdolarización ya no es solo una protesta, es ahora un pivote estratégico mundial, como lo muestran numerosas iniciativas que buscan reducir la dependencia del dólar. Queda por ver si esta transformación monetaria llevará a un reequilibrio duradero del poder económico o si solo reforzará la fragmentación geopolítica ya en marcha.