En Washington, la política cripto pierde uno de sus rostros más visibles. Bo Hines, nombrado a finales de 2024 al frente del Presidential Council of Advisers for Digital Assets, deja su cargo tras solo unos meses. Figura clave del dispositivo impulsado por la administración Trump para hacer de Estados Unidos un polo mundial de la cadena de bloques, se dirige al sector privado. Su salida plantea una cuestión central: ¿sabrá la Casa Blanca preservar el impulso imprimido en su estrategia cripto?