Mientras las líneas del comercio mundial se rediseñan bajo la presión geopolítica, Donald Trump juega sus cartas. Antes de un encuentro en Escocia con Ursula von der Leyen, el presidente estadounidense advierte: ningún arancel inferior al 15% será concedido a la Unión Europea. Esta postura firme, con repercusiones directas en los flujos transatlánticos, también podría impactar en sectores estratégicos como el digital y la blockchain. Detrás de esta maniobra se perfila un pulso económico entre dos visiones opuestas de la soberanía comercial.