Discretamente, pero con seguridad, el bitcoin se impone en la arquitectura monetaria mundial. El activo principal de las criptomonedas acaba de superar un umbral simbólico: su capitalización equivale ahora a cerca del 1,7 % de la masa monetaria planetaria. Un peso aún limitado frente a las divisas estatales y los metales preciosos, pero revelador de una tendencia profunda: la ascensión de un activo descentralizado dentro de un sistema dominado desde hace décadas por el dinero fiduciario y las reservas tradicionales.