Las valoraciones de la inteligencia artificial se disparan, a veces sin rentabilidad que las respalde. Voces se alzan, recordando los excesos de la burbuja de Internet del 2000. Peso desmesurado de los gigantes del sector en los índices, inversiones masivas, entusiasmo generalizado: los signos de un posible sobrecalentamiento se acumulan. En este clima de euforia, una pregunta resurge: ¿la IA es el motor de una nueva era económica o el de una burbuja especulativa lista para estallar?