Los referentes tradicionales de la inversión vacilan. Ante la volatilidad de los mercados y la erosión de la confianza en las carteras clásicas, cada vez más inversores estadounidenses se alejan de las acciones y bonos para explorar activos considerados más dinámicos: cripto, oro, petróleo, capital privado. Este movimiento refleja un cuestionamiento profundo de los modelos establecidos, impulsado tanto por la desconfianza como por la búsqueda de rendimiento y libertad. Una mutación estructural que confirman las últimas cifras de la encuesta Charles Schwab.