La última revisión del S&P 500 hace más que redistribuir las cartas. Si la entrada de Robinhood, símbolo de las finanzas accesibles, fue aplaudida, la exclusión discrecional de Strategy, aunque cumple con todos los criterios técnicos, sorprende. Detrás de esta elección, emerge una realidad inquietante: algunas empresas expuestas al bitcoin parecen seguir siendo persona non grata en los grandes índices. Esta decisión cuestiona la imparcialidad del comité y el lugar real otorgado al ecosistema crypto.