Mientras Wall Street cuenta sus puntos, el bitcoin arrasa, ridiculiza al S&P 500 y se desliza rápidamente hacia las arcas de un BlackRock atónito. ¿Quién lo hubiera creído?
Mientras Wall Street cuenta sus puntos, el bitcoin arrasa, ridiculiza al S&P 500 y se desliza rápidamente hacia las arcas de un BlackRock atónito. ¿Quién lo hubiera creído?
Cuando una empresa de criptomonedas entra en el S&P 500 y luego se une a la lista TIME de las 100 empresas más influyentes, ya no es simplemente un reconocimiento: es una señal de cambio de era. En 2025, Coinbase ya no se limita a ser un exchange, se convierte en un símbolo de la normalización del Web3 en los círculos del poder económico mundial. Su ascenso marca una ruptura clara entre las promesas utópicas del sector y su integración en las estructuras de influencia tradicionales.
Mientras Wall Street rompe récords, el dólar se desploma a un ritmo sin precedentes desde 1973. Esta gran distancia no es trivial. Refleja un cambio global alimentado por tensiones geopolíticas, una Reserva Federal bajo presión política y las incertidumbres macroeconómicas. Los referentes se desmoronan, los mercados buscan refugios. En esta recomposición silenciosa pero brutal, las criptomonedas vuelven a imponerse en el ámbito estratégico, impulsadas por su lógica descentralizada ante la inestabilidad de las monedas estatales.
Impulsado por una relajación inesperada en Oriente Medio y un auge del optimismo en el mercado bursátil, el S&P 500 cerró este jueves en 6,141.02 puntos, rozando su máximo histórico. Con un aumento del 0.8%, el índice emblemático muestra un claro rebote desde su mínimo de abril, a pesar de las persistentes incertidumbres sobre los aranceles comerciales y la estabilidad regional.
En un mercado cripto donde la volatilidad es la norma, el bitcoin acaba de alcanzar un hito inesperado. Ahora es menos inestable que el S&P 500 y el Nasdaq. Este deslizamiento discreto, pero significativo, revelado por Galaxy Digital, desafía una década de percepción de un activo considerado demasiado arriesgado para las carteras tradicionales. Más que un simple indicador técnico, esta señal podría marcar un cambio de estatus duradero para la primera criptomoneda.
Coinbase se prepara para captar probablemente 9 mil millones de dólares en compras pasivas gracias a su entrada en el S&P 500. Una inyección masiva que podría impulsar la capitalización del mercado de criptomonedas hacia los 8 billones de dólares. Pero detrás de esta afluencia institucional sin precedentes, una trampa silenciosa amenaza la libertad estratégica de la empresa…
Coinbase entra en el prestigioso índice S&P 500, convirtiéndose en la primera empresa de cripto en alcanzar este hito. Esta integración histórica marca un punto de inflexión para la industria de las criptomonedas, ahora integrada a los estándares de las finanzas tradicionales. Una evolución estratégica que impulsa a Coinbase al corazón de los mercados globales.
Cuando la Reserva Federal opta por la inacción, los mercados tambalean. Al mantener sus tasas sin cambios este miércoles, el primer banco central del mundo cumplió con las expectativas, sin apaciguar las tensiones. Así, entre una inflación persistente, un consumo en desaceleración y las incertidumbres sobre el empleo, el mensaje de la Fed sigue siendo deliberadamente confuso. Esta estrategia de dilación aumenta la inquietud en los mercados financieros y alimenta las especulaciones, especialmente en el universo cripto, donde cada palabra de Jerome Powell es observada como un indicador crucial.
¿Y si los mercados siguieran un ritmo que escapa a la lógica económica? Mientras el PIB estadounidense disminuye, el S&P 500, por su parte, rebota tras una caída vertiginosa de casi el 20%. Este giro inesperado, alimentado por señales contradictorias, intriga incluso en las salas de trading. De hecho, en BNP Paribas, los estrategas se preguntan: ¿se inserta esta corrección fulgurante en una tradición global? Para entenderlo, vuelven a sumergirse en un siglo de historia de las crisis bursátiles.
¿El bitcoin a 80,000 dólares parece inalcanzable? Para algunos analistas, es todo lo contrario: este umbral sería una oportunidad de compra. Mientras el mercado oscila entre un entusiasmo alcista y temores de corrección, varios indicadores fundamentales invitan a replantear las certezas. Detrás de las cifras, se perfila una dinámica de fondo, muy diferente a los ciclos pasados. Lejos de un máximo, el bitcoin aún podría tener margen.
Bajo los neones de Wall Street, la Historia parece tartamudear. La bolsa tambalea, ebria de especulaciones, mientras que los viejos crashes sonríen entre bastidores, listos para volver a la escena.
¿Un bitcoin a 70K$? ¡No es para desmayarse! El mercado danza, retrocede, pero no se tambalea. Aquellos que esperan verán la continuación del espectáculo.
Una bolsa europea en plena euforia, inversores en el séptimo cielo, y Wall Street preguntándose dónde ha ido a parar su corona... ¿Se está escribiendo ahora la historia bursátil al estilo europeo?
El Bitcoin, a pesar de su avance del 10% desde enero, podría enfrentar una corrección importante mientras que el oro supera con ganancias anuales del 20%. Esta dinámica inversa entre los dos activos provoca temores de un cambio inminente en el mercado de criptomonedas.
En un ballet absurdo, el Bitcoin desliza por debajo de los 95,000 $, imitando al S&P 500, con 88,000 $ a la vista. ¿Rebote o naufragio inminente?
Wall Street muestra una tendencia alcista moderada este martes, mientras los Estados Unidos contienen la respiración ante las elecciones de medio mandato que podrían redibujar el panorama político y económico del país.
¡La caída del S&P 500 provoca liquidaciones masivas de Bitcoin! El mercado podría colapsar un 75 %.
El mercado bursátil vuelve a dispararse, con una serie de máximos históricos. ¿Seguirá el bitcoin el mismo camino?
Bitcoin podría caer por debajo de los 50,000 $, mientras la economía de EE. UU. se desploma. El informe de 10x Research da la voz de alarma.
La bolsa de París comienza la semana con una nota negativa. Ha caído cerca del 0,4 % este lunes por la mañana. Este ligero retroceso se inscribe en un contexto tenso, marcado por una avalancha de resultados trimestrales por venir y dudas persistentes sobre la salud de la economía mundial.