El gaming Web3 se basa en la blockchain para ofrecer una experiencia de juego más transparente y autónoma. Esta tecnología registra los activos digitales y las transacciones de manera segura. El Web3 promete una descentralización al eliminar intermediarios y otorgar a los jugadores una verdadera propiedad sobre sus objetos virtuales. Por su parte, los NFT y los smart contracts garantizan esta autonomía y fomentan una economía abierta. Sin embargo, esta descentralización sigue siendo teórica en muchos casos, ya que algunos juegos mantienen elementos centralizados. Este artículo explora la realidad del gaming Web3 analizando su nivel real de descentralización.