El colapso del capitalismo amenaza sus ahorros
Las señales de alarma están por todas partes. Entre la explosión de desigualdades y la deuda récord, el sistema financiero mundial vacila peligrosamente. Ante 37 billones de dólares de deuda solo en Estados Unidos, se impone una pregunta: ¿estamos presenciando el fin del capitalismo tal como lo conocemos?
En resumen
- La represión financiera actúa como un impuesto invisible que erosiona el ahorro al mantener las tasas de interés por debajo de la inflación.
- La deuda de los hogares estadounidenses alcanza los 18 billones de dólares, forzando a millones de personas a endeudarse para sus necesidades esenciales.
- El capitalismo evoluciona hacia un tecno-feudalismo donde los gigantes tecnológicos extraen rentas como los señores medievales.
- Los salarios reales han estado estancados desde los años 70 a pesar de enormes ganancias de productividad.
La represión financiera, ese impuesto invisible sobre sus ahorros
La represión financiera constituye el arma secreta de los gobiernos para reducir una deuda que explota. Este mecanismo perverso mantiene deliberadamente las tasas de interés por debajo de la inflación. Así, sus ahorros pierden progresivamente valor sin que ningún gobierno tenga que anunciar nuevos impuestos impopulares.
Así funciona este mecanismo sigiloso:
Los gobiernos emiten bonos para financiar sus gastos. Pero, con niveles de endeudamiento astronómicos, los compradores voluntarios son escasos. Por lo tanto, las autoridades obligan a bancos y fondos de pensiones a mantener estos bonos poco rentables.
Japón ya aplica esta estrategia masivamente. Las instituciones financieras japonesas están saturadas con bonos del Estado. Europa sigue el mismo camino. Estados Unidos sigue sus pasos.
Russell Napier, historiador financiero reconocido, nos advierte que esta confiscación silenciosa perdurará por décadas. Los ahorradores pagarán así la factura del endeudamiento público. Mientras tanto, el valor real de la deuda gubernamental disminuirá lentamente, lo que permitirá que los políticos sean reelegidos.
El capitalismo se resquebraja bajo el peso de la deuda
La deuda de los consumidores estadounidenses ya supera los 18 billones de dólares. Esta cifra vertiginosa incluye hipotecas, tarjetas de crédito y préstamos estudiantiles. Solo las tarjetas de crédito representan más de 1 billón.
Las tasas de interés promedio superan el 20 % en estas tarjetas. Millones de estadounidenses las usan para pagar la despensa y las facturas. Ya no es crédito de confort, sino supervivencia a crédito.
Los préstamos estudiantiles aplastan a toda una generación. Los jóvenes retrasan la compra de vivienda y la formación de una familia. Las hipotecas devoran partes cada vez mayores de los ingresos mensuales.
Esta espiral de endeudamiento se conecta con la represión financiera. Por un lado, el ahorro se reduce. Por otro, las deudas se acumulan. El poder adquisitivo se derrumba entre estas dos mandíbulas.
El capitalismo muta hacia un tecno-feudalismo
El capitalismo no siempre existió. Surgió de las cenizas del feudalismo medieval. La peste negra del siglo XIV diezmó a un tercio de la población europea. Esta catástrofe creó paradójicamente las condiciones para el cambio.
La escasez de mano de obra fortaleció el poder de los campesinos. Negociaron mejores condiciones. El feudalismo se desmoronó progresivamente. El capitalismo tomó su lugar, y así la industrialización del siglo XIX creó una riqueza sin precedentes.
Pero barones como Rockefeller monopolizaron sectores enteros. Theodore Roosevelt rompió estos monopolios a principios del siglo XX.
Hoy en día, avanzamos hacia lo que algunos llaman tecno-feudalismo. Apple cobra el 30 % de cada venta de aplicaciones. Google domina la publicidad en línea. Meta controla las comunicaciones entre personas. Nvidia, el poder de cálculo.
Estos gigantes ya no innovan realmente. Extraen rentas gracias a su posición dominante. Como los señores feudales cobraban impuestos sobre sus tierras.
Las alternativas emergentes frente al colapso del capitalismo
La renta básica universal (RBU) gana popularidad, incluso entre los gigantes tecnológicos, con promotores como Sam Altman, CEO de OpenAI. Sin embargo, la financiación sigue siendo problemática. A través de impuestos, la RBU podría generar deflación. Por creación monetaria, alimentaría la inflación. Los experimentos también muestran una caída en la productividad.
Las criptomonedas también ofrecen una salida diferente. Bitcoin funciona fuera del sistema bancario tradicional. Protege contra la represión financiera y la inflación, gracias a su masa monetaria fija: 21 millones de BTC. Hoy Bitcoin representa una infraestructura financiera alternativa al sistema dólar que es creíble.
Finalmente, la última alternativa sería una reforma profunda del capitalismo. Desmantelar los monopolios tecnológicos como Google y Amazon. Cerrar las vías fiscales de las multinacionales. Invertir masivamente en educación y salud. Volver a poner sobre la mesa el tema de la repudiación de las deudas nacionales.
Proteger su patrimonio en esta tormenta
Para preservar sus ahorros y diversificarse en activos antifrágiles con el objetivo de protegerlos, incluso de hacerlos crecer, es vital conocer los sectores que podrían verse perjudicados. ¿Cuáles son?
- Los bancos y aseguradoras podrían sufrir especialmente. La represión financiera aplasta sus márgenes de beneficio. Los bonos rinden menos que la inflación.
- Las empresas dependientes de los consumidores también podrían verse afectadas. Comercio minorista, automotriz, inmobiliaria residencial. Su modelo se basa en clientes cada vez más endeudados.
Por otro lado, los activos tangibles probablemente brillarán.
- El oro, la plata y las materias primas históricamente tienen buen rendimiento. Los bancos centrales acumulan oro masivamente ellos mismos.
- Los sectores alineados con las prioridades gubernamentales prosperarán sin duda, especialmente mientras el conflicto entre Estados Unidos y China se vuelve más amenazante. Infraestructura, energía, salud y defensa. Los gobiernos deberían aumentar significativamente estos gastos.
- Bitcoin merece una asignación en cualquier cartera. Esta reserva de valor digital escapa del control estatal. Su escasez programada protege contra la devaluación monetaria.
- La diversificación geográfica se vuelve crucial. Las turbulencias económicas golpean de forma desigual las regiones. Repartir inversiones entre países y divisas reduce considerablemente los riesgos.
El capitalismo no se derrumbará mañana por la mañana. Pero la próxima década transformará profundamente nuestro sistema económico. La represión financiera, el endeudamiento masivo y el tecno-feudalismo impulsan esta evolución. Los inversores inteligentes ya se adaptan privilegiando activos antifrágiles como el bitcoin.
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Cada día trato de enriquecer mis conocimientos sobre esta revolución que permitirá a la humanidad avanzar en su búsqueda de libertad.
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