La economía de China se desacelera ante una caída récord de las inversiones
A pesar de inyecciones presupuestarias masivas, la segunda economía mundial multiplica las señales de alerta. Pekín quería de hecho reactivar el crecimiento apostando por la inversión y la demanda interna. Resultado: un consumo débil, un sector inmobiliario en crisis y un modelo exportador debilitado.

En resumen
- China sufre una triple desaceleración: el consumo, las inversiones y la producción retroceden a pesar de los planes de estímulo.
- Pekín inicia una transición hacia una economía doméstica, pero la ejecución sigue siendo confusa e incierta.
Las últimas cifras publicadas confirman una economía china bajo tensión
En China, todos los indicadores sugieren una economía prudente, casi paralizada. La inyección de 1 000 mil millones de yuanes decidida por Pekín no es suficiente para restaurar la confianza.
La inversión en activos fijos cae un 1,7 % en diez meses. Es el peor resultado desde la crisis del COVID según los datos. Considerado como el motor principal del crecimiento económico de China, el sector inmobiliario arrastra todo hacia abajo. Con obras paralizadas y promotores endeudados, la construcción ya no cumple su función de amortiguador.
La producción industrial también se ralentiza: + 4,9 % en octubre, frente a + 6,5 % un mes antes. Las ventas minoristas, barómetro del consumo, se estancan en + 2,9 %. Incluso continúan su deslizamiento por quinto mes consecutivo. A pesar de los festivales de otoño y un día festivo adicional, incluso el sector automotor retrocede.
Pekín entre dos modelos, los hogares en el centro del juego
Desde el regreso de Donald Trump a la Casa Blanca, la guerra comercial vuelve a resurgir. Para Pekín, esto suena como una advertencia: el modelo exportador alcanza sus límites. Resultado: el Partido Comunista prepara un giro estratégico. Objetivo: aumentar significativamente la participación del consumo de los hogares en el PIB.
Pero entre la voluntad política y la aplicación concreta, persiste una brecha. El aparato estatal sigue privilegiando a los grandes grupos públicos y a las infraestructuras, en detrimento de los productores privados y los hogares. La transición sigue siendo teórica, frenada por una elevada deuda local y una rentabilidad industrial en descenso.
La economía china busca ahora un segundo aire. Pekín apunta a un crecimiento del 5 % en 2025. Sin ajustes profundos, esta meta seguirá siendo difícil de alcanzar.
El cambio de modelo deseado por Xi Jinping requiere más que un plan quinquenal. Exige una revisión completa de los equilibrios económicos, sociales y fiscales. China deberá pronto decidir para salvar su economía: invertir en sus hogares o sufrir una desaceleración duradera.
¡Maximiza tu experiencia en Cointribune con nuestro programa "Read to Earn"! Por cada artículo que leas, gana puntos y accede a recompensas exclusivas. Regístrate ahora y comienza a acumular beneficios.
Me llamo Ariela y tengo 31 años. Trabajo en el campo de la redacción web desde hace 7 años. Descubrí el trading y las criptomonedas hace solo unos años, pero es un universo que me interesa mucho. Los temas tratados en la plataforma me permiten aprender más. Cantante en mi tiempo libre, también cultivo una gran pasión por la música, la lectura (¡y los animales!)
Las ideas y opiniones expresadas en este artículo pertenecen al autor y no deben tomarse como consejo de inversión. Haz tu propia investigación antes de tomar cualquier decisión de inversión.