En medio del tumulto de las reconfiguraciones comerciales globales, Pekín avanza sus fichas. China anuncia la eliminación total de los aranceles sobre las exportaciones provenientes de 53 países africanos, ampliando el acceso preferencial a su mercado. Detrás del gesto, una ofensiva diplomática dirigida, mientras Washington, bajo el liderazgo de Donald Trump, reactiva las palancas proteccionistas frente al continente. África, durante mucho tiempo periférica en los arbitrajes geoeconómicos, se convierte en el epicentro de un enfrentamiento de influencias donde se cruzan ambiciones industriales, alianzas estratégicas y relatos de soberanía.