En plena recomposición geopolítica, la Unión Europea y los Estados Unidos acaban de ratificar un compromiso comercial presentado como un muro contra la escalada. Apoyado por Ursula von der Leyen, pero fuertemente criticado por Mario Draghi, el texto cristaliza un dilema europeo: garantizar la estabilidad transatlántica o defender plenamente los intereses industriales del continente. Entre equilibrio diplomático y concesiones arancelarias, este nuevo acuerdo relanza el debate sobre la soberanía económica de Europa.