Sedución en línea, confianza ciega y promesas de ganancias rápidas: no se necesitaron más que unos meses para que un jubilado de Colorado viera desaparecer 1,4 millones de dólares. Pero detrás de este drama individual se dibuja una realidad más preocupante: la proliferación de estafas en un sector cripto aún demasiado poco regulado.