El bitcoin termina este año con una nota familiar. Con una caída de más del 36 % desde sus máximos anuales, el activo reproduce con una precisión inquietante los movimientos del mercado bajista de 2022. Esta correlación llama la atención de los analistas, en un momento en que los ETF de criptomonedas vuelven a registrar flujos positivos. Entre el regreso de los capitales institucionales y la memoria de un precedente crash, el mercado oscila entre la inquietud y la esperanza de un rebote.