Bajo los cielos sombríos del presupuesto, el Medef propone una reforma drástica: quitar a los jubilados su valiosa exención fiscal. Una idea donde la economía dialoga con la injusticia.
Bajo los cielos sombríos del presupuesto, el Medef propone una reforma drástica: quitar a los jubilados su valiosa exención fiscal. Una idea donde la economía dialoga con la injusticia.
El mercado de crédito hipotecario en Francia está experimentando un verdadero cambio. Después de un período marcado por tasas de interés elevadas, que limitaban el acceso a la propiedad, la tendencia se invierte. François Villeroy de Galhau, gobernador del Banco de Francia, anunció que las tasas de los créditos hipotecarios han caído por debajo del 3,4 % en noviembre de 2024, frente al 4 % en enero. Esta disminución se explica por un desaceleramiento de la inflación, cuyo nivel debería alcanzar el 1,5 % en 2025, después de haber impactado en la economía en los últimos años. Este desarrollo representa un alivio para los prestatarios, pero sus implicaciones van más allá del simple marco del sector inmobiliario. Un alivio en el costo del crédito generalmente favorece una recuperación económica, y devuelve el poder adquisitivo a los hogares, alentándolos a invertir. Esta dinámica también podría repercutir en otras clases de activos, incluidas las criptomonedas. Una economía más estable y un acceso más fluido a la financiación incitan a algunos inversores a revisar sus estrategias. Con esta disminución de las tasas y la anticipación de un posible aflojamiento monetario por parte del Banco Central Europeo (BCE), el mercado inmobiliario podría recuperar una dinámica más favorable.
Cuando un país importa más de lo que exporta, su economía se debilita y su dependencia de los mercados exteriores se acentúa. En noviembre de 2024, el déficit comercial de Francia se estableció en 7,3 mil millones de euros, lo que corresponde a una mejora de 0,3 mil millones de euros en comparación con el mes anterior. Esta ligera reducción del déficit se explica principalmente por un aumento de las exportaciones de energía, que han crecido más rápidamente que las importaciones. Sin embargo, esta mejora no cuestiona la fragilidad estructural del comercio exterior francés. A pesar de esta mejora puntual, el desequilibrio entre las exportaciones y las importaciones sigue siendo crítico. La industria nacional tiene dificultades para competir con la competencia internacional, y la balanza comercial sigue estando ampliamente en déficit. Esta situación plantea interrogantes sobre la competitividad de las empresas francesas y su capacidad para establecerse de manera sostenible en los mercados extranjeros. Así, la evolución del déficit en los próximos meses dependerá en gran medida de la coyuntura energética y de las políticas económicas implementadas para corregir la balanza comercial.
Después de dos años de retroceso marcado, el mercado inmobiliario parece estar alcanzando un punto de inflexión. Según Charles Marinakis, presidente de Century 21 Francia, la corrección de precios está llegando a su fin, lo que abre la puerta a una estabilización, e incluso a un ligero aumento durante este año 2025. En París, el precio por metro cuadrado ha caído casi un 10 % en dos años, una disminución similar observada en toda la Île-de-France. Esta corrección, acentuada por el aumento de las tasas de interés, ha permitido que las ventas comiencen a recuperarse gradualmente. Sin embargo, la evolución del mercado dependerá de varios factores, incluidas la continuación de la bajada de las tasas de crédito y la capacidad de los vendedores para ajustar sus precios a las nuevas expectativas de los compradores.
El Estado francés se prepara para enfrentar un año de alta tensión en los mercados financieros. Con 300 mil millones de euros por pedir prestados en 2025, un nivel de endeudamiento sin precedentes, Bercy debe maniobrar en un entorno especialmente inestable. La Agencia Francia Tesoro (AFT), encargada de las emisiones de deuda, se enfrenta a un doble desafío: garantizar el financiamiento del país sin desestabilizar los mercados y tranquilizar a unos inversores cada vez más cautelosos. De hecho, la incertidumbre política complica aún más la situación. Desde la caída del gobierno de Barnier, Francia funciona sin un presupuesto aprobado, lo que refuerza las dudas sobre la trayectoria presupuestaria del país. Una ley especial adoptada con urgencia permite, sin duda, mantener los préstamos, pero esta solución temporal no es suficiente para disipar las inquietudes. En los mercados, los signos de inquietud se multiplican. La diferencia de tasas entre Francia y Alemania, un indicador clave de la confianza de los inversores, se ha duplicado en un año, superando los 80 puntos básicos. Esta señal traduce una percepción más arriesgada de la deuda francesa y podría encarecer el costo del financiamiento. En este clima de incertidumbre, Bercy debe encontrar el equilibrio adecuado. ¿La estrategia de la AFT, basada en la previsibilidad, la regularidad y la flexibilidad, será suficiente para evitar un aumento excesivo de las tasas de interés? A pocos días de las primeras adjudicaciones, la presión aumenta sobre los responsables financieros, mientras que los inversores esperan garantías sobre la estabilidad presupuestaria del país.
Desde el 1 de enero de 2025, el sector inmobiliario francés entra en una nueva era. Los cambios van más allá de una simple revisión de las reglas anteriores. Reflejan una voluntad política de reforzar los requisitos ecológicos y de adaptar el marco fiscal a un contexto económico incierto. La prohibición de alquilar viviendas clasificadas energéticamente como G, por ejemplo, encarna esta prioridad dada a la transición energética. Al mismo tiempo, importantes cambios fiscales, como el final del dispositivo Pinel o la prórroga del Préstamo a Tipo Cero, redefinen los incentivos para los inversores y los hogares. Finalmente, la renovación de la "ley anti-Airbnb" y la estabilidad de los honorarios notariales completan este panorama de reformas, donde cada medida moldea el delicado equilibrio entre las expectativas de los propietarios, las necesidades de los inquilinos y las imperativos medioambientales. Estos ajustes, lejos de ser anecdóticos, anuncian una transformación profunda del mercado inmobiliario.
El año 2024 marca un cambio importante para el mercado inmobiliario francés. De hecho, las dinámicas que han estructurado este sector durante décadas se están desvaneciendo gradualmente, lo que da paso a transformaciones profundas. La caída masiva de las transacciones, la tímida reactivación del poder adquisitivo inmobiliario y la creciente importancia de los criterios energéticos rediseñan las prioridades de compradores y vendedores. Estas transformaciones van más allá de las cifras: reflejan los impactos acumulativos de la crisis iniciada en 2022 y de las incertidumbres económicas. A través de su Informe inmobiliario 2024, los Notarios de Francia iluminan estas evoluciones contrastantes. Su análisis va más allá de la simple observación. Explora perspectivas a corto plazo y abre vías para un posible relanzamiento en 2025. Estas proyecciones iluminan los desafíos inmediatos, pero también las adaptaciones necesarias para enfrentar un mercado en plena transformación.
En el tablero de ajedrez de las criptomonedas, la IA es el rey de los estafadores, arruinando a los franceses en una partida donde solo ganan los defraudadores.
En un contexto económico mundial marcado por turbulencias sucesivas, pocos sectores logran mantener una estabilidad duradera. Durante mucho tiempo percibido como una fortaleza insumergible, el lujo, símbolo por excelencia de prosperidad y exclusividad, también tambaleó en 2024. De hecho, las fortunas de figuras emblemáticas como Bernard Arnault, Françoise Bettencourt Meyers y François Pinault sufrieron pérdidas colosales, que ascienden a más de 70 mil millones de dólares acumulados. Este declive tiene su origen en un conjunto de factores estrechamente relacionados: una economía china en plena desaceleración, tensiones políticas nacionales y una volatilidad incrementada en los mercados bursátiles. Estos elementos combinados han sacudido los pilares del sector, lo que revela una fragilidad inesperada.
El mercado inmobiliario está en el centro de las preocupaciones en 2025, y atrae tanto la atención de los inversores como de los compradores de vivienda por primera vez y los economistas. Esta evolución de las tasas de crédito hipotecario, verdadero indicador de la salud económica y financiera, juega un papel decisivo en esta dinámica. Entre 2023 y 2024, las tasas han experimentado una disminución significativa. Así, pasan del 4,5 % al 3,23 %, una evolución que ilustra tanto los efectos de las políticas monetarias flexibles del Banco Central Europeo como la estrategia de los bancos para estimular el acceso a la propiedad. Esta disminución no es solo una estadística. Ya ha permitido aumentar la capacidad de endeudamiento de miles de hogares, lo que crea una oportunidad sin precedentes para relanzar un mercado aún frágil. En un contexto marcado por una competencia aumentada entre las instituciones financieras, esta tendencia podría intensificarse en 2025, lo que dejaría entrever una nueva fase de crecimiento para el sector inmobiliario.
Una excelente noticia espera a los titulares de una Libreta de Ahorro Popular (LEP). A partir del 31 de diciembre de 2024, más de 2,5 millones de franceses se beneficiarán del pago anual de intereses. Descubre los detalles y el impacto de esta medida en su poder adquisitivo.
Mientras la mayoría de los mercados de bonos europeos muestran una estabilidad relativa, la situación en Francia desencadena preocupaciones intensas. Los rendimientos de los bonos soberanos a 10 años han alcanzado el 3,05 %, un nivel excepcionalmente alto para una economía importante de la zona euro. Esta dinámica refleja una combinación de tensiones económicas y disfunciones políticas, lo que refuerza las dudas sobre la gestión presupuestaria del país. Con una deuda pública que supera el 112 % del PIB y un déficit que se estanca por encima del 6 %, Francia se distingue como un caso preocupante dentro de la Unión Europea. Estas evoluciones señalan una pérdida de confianza por parte de los inversores, pero también iluminan la urgencia de reformas estructurales para evitar un deterioro aún más marcado de su posición en los mercados financieros.
El mercado inmobiliario francés atraviesa un período de turbulencias, a pesar de los signos de calma tras dos años de marcada depresión. De hecho, las cifras recientemente publicadas por los Notaires de France revelan un doble hallazgo: los precios de la inmobiliaria han bajado, pero esta disminución no ha sido suficiente para reactivar las ventas. Así, en 2024, el número de transacciones ha experimentado una caída espectacular, lo que ilustra un bloqueo profundo en el sector. Esta situación, a la vez paradójica y alarmista, plantea interrogantes sobre los factores que frenan la reactivación del mercado y sobre las dinámicas económicas y políticas que amplifican su complejidad.
En un contexto político tenso tras la caída del gobierno Barnier, el Parlamento aprobó definitivamente este miércoles 18 de diciembre la "ley especial" presupuestaria, que permite asegurar la continuidad de los servicios esenciales del Estado a partir de enero de 2025. Esta medida de emergencia, validada por unanimidad por el Senado, se produce dos semanas después de la moción de censura que precipitó la dimisión del gobierno.
Bybit, la plataforma de intercambio de criptomonedas, anuncia la cesación de sus servicios de retiro y custodia para los usuarios franceses a partir del 8 de enero de 2025. Esta decisión se produce en un momento en que las presiones regulatorias están aumentando en el país.
La República Francesa experimenta un nuevo sobresalto institucional con la nominación forzada de François Bayrou en Matignon.
El año 2023 marcó una ruptura significativa en la evolución del patrimonio de los hogares franceses. Tras ocho años consecutivos de crecimiento, este ha experimentado un retroceso estableciéndose en 14.567 millones de euros, lo que representa una disminución del 0,9 % en comparación con 2022. Este descenso, confirmado por un estudio del Insee y del Banco de Francia, pone de manifiesto las profundas transformaciones de la economía francesa. Principalmente atribuible a la caída de los precios de la vivienda, este fenómeno refleja el impacto de las decisiones monetarias recientes, en particular el aumento de las tasas de interés del Banco Central Europeo, que ha encarecido el costo de los créditos y frenado la demanda. La vivienda, que antes era un motor esencial de la riqueza de los hogares, se ha encontrado en el centro de esta crisis. Además, los precios, que han disminuido un 4,7 %, han pesado considerablemente sobre el patrimonio nacional, aunque el aumento del 8,3 % de los activos financieros ha mitigado parcialmente las pérdidas.
La caída del gobierno de Michel Barnier marca un giro político y económico en Francia. Mientras la adopción del presupuesto 2025 permanece en suspenso, la incertidumbre amenaza con pesar gravemente sobre los hogares, las empresas y la confianza de los mercados.
Mientras los desafíos económicos y climáticos redefinen las prioridades políticas, el Senado francés deja su huella en el presupuesto del Estado para 2025. Entre medidas para relanzar un mercado inmobiliario inactivo y ajustes fiscales a favor del medio ambiente, estas decisiones cristalizan tensiones políticas y económicas.
A pesar de las incertidumbres que pesan sobre el contexto mundial, la economía francesa sorprende por su capacidad para mantener un equilibrio precario. Mientras que el crecimiento nulo previsto para finales de año podría haber anunciado días oscuros, varios indicadores sugieren una resistencia inesperada. Sin embargo, este panorama no es ni negro ni rosa, según las palabras del gobernador del Banco de Francia, François Villeroy de Galhau.
La fiscalidad inmobiliaria, ya de por sí compleja, vuelve a acaparar la atención. Esta vez, son los propietarios quienes se encuentran en el centro de una polémica fiscal de gran envergadura. Un error técnico en la emisión de los avisos de imposición ha llevado a que numerosos propietarios sean gravados erróneamente por viviendas declaradas como vacantes. Esta situación inesperada, que afecta a un número aún indeterminado de contribuyentes, pone de manifiesto los desafíos relacionados con la gestión de datos y el cumplimiento de las obligaciones declarativas.
La Unión Europea está a punto de firmar un acuerdo histórico con el Mercosur, dejando a Francia en la orilla. A pesar de las protestas de París, parece que la máquina europea está en marcha a toda velocidad. Pero, ¿qué está ocurriendo realmente detrás de las puertas cerradas de Bruselas?…
El Banco de Francia, como una guerrera de antaño, exige el orden sobre el caos de las criptomonedas, reclamando a la Esma como refuerzo.
Los propietarios inmobiliarios en Francia ven su horizonte administrativo oscurecerse con la actualización de la declaración de bienes inmobiliarios. Aunque este trámite, que se ha vuelto obligatorio en 2023, ya había sembrado confusión, se acaba de votar una enmienda, lo que promete hacer el procedimiento aún más complejo. Esta noticia adquiere una importancia creciente a medida que cientos de miles de hogares se han enfrentado recientemente a errores administrativos, lo que ha tambaleado su confianza en el sistema. Así, este nuevo requisito plantea más interrogantes sobre la gestión de la información personal y la simplificación administrativa en el ámbito fiscal.
La capitalización del mercado cripto alcanza niveles sin precedentes con 3,1 billones de dólares, rozando ahora el PIB de Francia. Este ascenso vertiginoso, impulsado por un Bitcoin cerca de 90,000 dólares, redefine los contornos de las finanzas globales y sacude la jerarquía económica tradicional.
La Autoridad Nacional de Juegos (ANJ) planea bloquear el acceso a la plataforma de apuestas criptográficas Polymarket en Francia. Esta decisión se produce después de apuestas récord durante las elecciones presidenciales estadounidenses, en particular una ganancia espectacular de 47 millones de dólares realizada por un trader francés en la victoria de Donald Trump.
El déficit presupuestario de Francia, que ahora alcanza los 173,78 mil millones de euros, se ha convertido en un tema crucial, ya que ilustra los crecientes desafíos que enfrenta el país para mantener sus compromisos financieros. A medida que la pandemia de Covid-19 y las medidas de apoyo han llegado a su fin, los esfuerzos por mejorar las finanzas públicas parecen haber encontrado obstáculos importantes. Esta brecha presupuestaria supera las proyecciones y requiere revisiones ambiciosas, pero controvertidas. En este contexto, el gobierno se esfuerza por convencer tanto a las instituciones europeas como a los actores políticos internos de la viabilidad de su plan de austeridad para evitar un deterioro duradero de las finanzas del Estado.
El proyecto de ley de finanzas para 2025 ha suscitado un intenso debate y revela las tensiones en torno a la fiscalidad aplicada a los ingresos más altos en Francia. En el corazón de la polémica, una enmienda que busca eximir ciertas categorías de ingresos de la nueva "contribución diferencial sobre los altos ingresos" (CDHR), introducida para limitar las prácticas de desgravación fiscal entre los contribuyentes más acaudalados. Esta enmienda, destinada a mantener una fiscalidad atractiva para los inversores en innovación, fue rechazada por la Asamblea Nacional, lo que constituye una derrota para el gobierno y una victoria para la oposición que aboga por una ampliación de esta contribución.
En 2023, la supresión de la tasa de vivienda sobre las residencias principales había aliviado la carga de muchos hogares, pero esta medida también ha cavado un hueco financiero de cerca de 20 mil millones de euros en las arcas de las entidades locales. Hoy, ante importantes déficits presupuestarios y un aumento de la tasa fiscal que ya no es suficiente, el gobierno contempla una "contribución territorial universal" (CTU). Apoyada por algunas figuras políticas, esta medida buscaría reequilibrar los recursos locales a través de la contribución de los propietarios, pero también de los inquilinos.
Mientras el debate sobre los ingresos presupuestarios se intensifica y las tensiones aumentan, un nuevo impuesto de 40 mil millones de euros podría sacudir aún más la economía de Francia, ya frágil. Durante una intervención este domingo 27 de octubre, Pierre Lellouche, exministro, ha lanzado una alerta: "la economía francesa sufrirá un choque que la detendrá en el peor momento". Esta declaración, de graves consecuencias, se inscribe en un contexto donde la reactivación económica es más necesaria que nunca, pero donde los márgenes de maniobra se reducen día a día.