En Albania, los ministros tiemblan: una IA llamada Diella entra al gobierno. Promesa de transparencia, democracia sacudida… y la oposición golpea la mesa como en el teatro.
En Albania, los ministros tiemblan: una IA llamada Diella entra al gobierno. Promesa de transparencia, democracia sacudida… y la oposición golpea la mesa como en el teatro.
Washington sueña con una caja fuerte digital: un millón de bitcoins en reserva nacional. Pero entre corbatas naranjas, promesas republicanas y cajas vacías, la saga política cripto se escribe con suspense.
Elon Musk, figura destacada de la tecnología y acostumbrado a rupturas estratégicas, sacudió la escena política estadounidense al mencionar la creación de su propio movimiento, el « America Party ». El anuncio, espectacular, presagiaba una redefinición del juego electoral. Pero para sorpresa general, el proyecto está ahora suspendido.
Cuando Trump actúa como banquero central lanzando su propia cripto, Warren enciende la alarma: regular, sí. Ofrecer un refugio a los multimillonarios, no. A seguir bajo los dorados...
En Washington, la cripto se estructura: caen leyes, Trump se regocija y la Fed debe abandonar sus sueños digitales. La regulación se convierte en un culebrón con giros muy americanos.
Musk infla los circuitos de su IA con 10 mil millones de dólares, mientras Trump se enfurece, amenaza con cerrar las compuertas... y descubre que la IA no aprecia las deudas públicas.
Cuando un extraficante ofrece bitcoin a la Justicia checa, el ministro dice gracias... antes de caer. Moral: es mejor rastrear las donaciones antes de terminar en los periódicos.
Farage, ex-Brexit, se convierte en evangelista de las criptomonedas: reserva de bitcoins, donaciones digitales y legislación futurista. ¿El Reino Unido, nuevo paraíso de las criptomonedas?
Musk deja el gobierno antes de la transparencia obligatoria. Tesla en caída libre, X en fallos, se refugia en sus fábricas. ¿Está la economía del imperio ya en suspensión?
Trump acelera en el mundo cripto: recaudación de 3 mil millones para bitcoin. Entre escándalos y estrategia, la saga de Trump en la blockchain continúa sacudiendo Washington.
Trump listo para firmar sus leyes criptográficas antes de la pausa estival. El Senado está limpiando, pero la familia Trump mantiene sus pequeños asuntos bien guardados.
France is struggling with an abyssal deficit, Bayrou calls for more work, but between social cuts and political tensions, the reform risks causing a governance crisis.
Imagina un presidente, constructor de rascacielos y escándalos, acuñando moneda a su antojo según las leyes que él mismo escribe. El USD1 no es solo una stablecoin, es la entrada a unas finanzas sin límites.
Elon Musk quería conquistar las estrellas, pero su imperio tambalea en la Tierra. Tesla cae, Trump se involucra y Wall Street observa, escéptico, este gran acto de equilibrista.
Un río de euros seco, una fortaleza financiera tambaleante: el Bundesbank vacila, su oro se evapora, mientras Merz hereda un trono sin tesoro, un reino en duda.
Bajo la dirección de Anonymous, el magnate Musk queda expuesto: manipulaciones cripto, abusos de poder y trabajadores sacrificados, el imperio Tesla tambaleará ante la ira digital.
Francia aprueba un presupuesto, los franceses votan la desconfianza: el 80% predice el colapso, el 61% ni siquiera tiene esperanzas para sí mismos.
El déficit se agranda, los impuestos también, pero Bayrou se obstina. Aferrado a su 49.3 como un náufrago a su boya, desafía la tormenta política que se avecina.
En el ámbito digital, los apostantes se entusiasman: 4% para SBF, 2% para Ulbricht. ¿Decidirá Biden, el último emperador de los criptomilagros?
La República Francesa experimenta un nuevo sobresalto institucional con la nominación forzada de François Bayrou en Matignon.
Trump elegido, Musk se regocija: ¡20 mil millones en el bolsillo! Una pequeña parte de su apuesta para "salvar" la economía americana, por supuesto.
Entre el oro que brilla y el BTC que se estanca, los traders vigilan la menor falla para un nuevo despegue cripto.
En la sombra de las elecciones estadounidenses, Chris Larsen, de Ripple, desliza 10 millones de XRP a Kamala Harris, sembrando agitación en los rangos políticos y cripto.
Cuando Musk saca la chequera, Trump sonríe: un millón por día y una polémica más en el aire electoral.
"Los Nobel 2024 lanzan la alarma: las desigualdades económicas serían los frutos podridos de nuestras instituciones en crisis."
Para cortejar al electorado cripto, Harris recibe un bonito "regalo" de Ripple: un millón en XRP. ¿Una donación desinteresada?
¡Aquí está un presupuesto! Barnier recorta, corta, impone... y los franceses gruñen más fuerte que nunca.
Cuando la SEC actúa como los padres Fouettard de los airdrops, McHenry y Emmer sacan el garrote para restablecer el orden.
Después de 51 días de suspense, Barnier llega a Matignon y los bancos se disparan, ¡como quien dice, todo llega!
Con 119 millones, la cripto mima a los candidatos 2024. ¡Las elecciones estadounidenses son un poco como Navidad anticipada!