Mientras el futuro de Tesla se juega tanto en la bolsa como en la justicia, su consejo de administración acaba de conceder a Elon Musk 96 millones de acciones, es decir, 29 mil millones de dólares. Esta elección espectacular ocurre mientras la empresa atraviesa una zona de turbulencias. Lejos de ser un simple bono, esta decisión revela una dependencia asumida hacia un dirigente tan admirado como controvertido. Tesla apuesta por Musk, cueste lo que cueste, arriesgándose a exacerbar las tensiones entre el poder individual y el interés colectivo.