Mientras las tensiones geopolíticas y las turbulencias económicas esbozan un panorama financiero caótico, el oro tokenizado emerge como un faro en la tormenta. Por primera vez desde la crisis bancaria de 2023, su volumen de intercambio supera la barrera simbólica de mil millones de dólares. Una actuación que combina audacia tecnológica y un instinto ancestral de preservación de valor. Sin embargo, detrás de esta cifra se esconden dinámicas complejas, donde se entrelazan las decisiones políticas, los temores de los mercados y la innovación blockchain.