Mientras la deuda federal estadounidense acaba de superar el umbral vertiginoso de los 36 billones de dólares, Larry Fink, CEO de BlackRock, advierte: sin un repunte significativo del crecimiento, la economía más poderosa del mundo corre el riesgo de chocar contra un muro fiscal. Detrás de esta alerta, se dibuja una ecuación explosiva que combina déficits crónicos, inercia política y una mayor dependencia de los inversores extranjeros.