Ethereum nunca ha avanzado con saltos espectaculares. Su evolución se parece más a una serie de ajustes finos, a veces invisibles para el gran público, pero decisivos a largo plazo. Y enero podría marcar una nueva etapa de esta estrategia paciente. Los desarrolladores del protocolo planean aumentar el límite de gas por bloque a 80 millones, frente a los 60 millones actuales.