Perceptidos durante mucho tiempo como seguidores, los BRICS ahora lideran el crecimiento mundial. Según las últimas previsiones del FMI, estas potencias emergentes registran en 2025 una dinámica económica claramente superior a la de Estados Unidos. Este cambio cuantitativo se vuelve estratégico: el ascenso de los BRICS ya no es una tendencia, es un hecho. Su rendimiento colectivo redefine las relaciones de poder e impone una nueva lectura de los equilibrios geoeconómicos.