La industria marítima, pilar del comercio mundial, ha estado enfrentando durante mucho tiempo sistemas financieros obsoletos. Las empresas deben gestionar ineficiencias, procesos lentos y riesgos de fraude, complicados por la complejidad de las transacciones transfronterizas y el cumplimiento de regulaciones multijurisdiccionales. Estos desafíos limitan el acceso al capital, retrasan las transacciones y generan una falta global de transparencia financiera. Con instituciones tradicionales reacias a comprometerse, la industria enfrenta lagunas significativas en soluciones financieras.