Mientras Bitcoin tambalea como un barco en una tormenta macroeconómica, el umbral de 84,000 dólares se convierte en un símbolo de resistencia. Los últimos datos de los Gastos de Consumo Personal (PCE) estadounidenses, publicados el 28 de marzo, inyectaron una dosis de crudeza realista en la euforia de los mercados. La inflación, ese espectro tenaz, vuelve a atormentar a los traders. Pero detrás de los números, arde una pregunta: ¿Puede el bitcoin mantener su estatus de refugio seguro, o cederá ante el peso de los indicadores económicos?