Ante el estancamiento del conflicto en Ucrania, Donald Trump cambia de tono y amenaza a Moscú con un golpe económico. El presidente estadounidense, que hasta ahora había sido moderado con el Kremlin, ahora hace gala de la carta de las sanciones arancelarias sobre el petróleo ruso. De hecho, el objetivo declarado es obligar a Vladimir Putin a avanzar hacia un alto el fuego. Una declaración impactante que fractura los equilibrios diplomáticos y provoca reacciones en las capitales europeas, en un momento en que la menor tensión puede redefinir el tablero geopolítico mundial.